Su edad es poca, su español es escaso y su convivencia con personas no indígenas es limitada, pero sus ganas de aprender, conocer sobre la prevención de enfermedades y compartir su experiencia con los suyos son la ilusión de Vitinia Rosales; la cabécar que avanza a paso firme para convertirse en la mejor asistente indígena comunitaria que pueda tener su pueblo.
Vitinia cumplió 19 años hace poco, pero cuenta con la valentía de echarse sobre sus hombros no sólo la carga de su maleta sino también la responsabilidad de prepararse en la ejecución de labores de promoción de la salud, el buen trato y la atención enfocada en la persona.
A ella la escogieron en Monteverde de Alto Telire de Talamanca para sea en adelante el enlace entre las comunidades indígenas y el área de salud de Hone Creek-Talamanca.
Para lograr la misión de capacitarse y convertirse en la asistente comunitaria debe caminar hasta siete días entre montañas, trochas y trayectos de difícil acceso. Un bordón, su salveque y la fuerza que lleva en su sangre, son la fiel compañía de esta indígena que se enorgullece de llevar el carné de funcionaria de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
“Voy a estar muy cerca de las comunidades y de mi raza. Estoy con mucha ilusión por aprender y ayudar a toda mi familia allá en mi tierra” expresó Vitinia Rosales Jiménez.
La entusiasta joven debe aprender a interpretar, adaptar y desarrollar actividades para la promoción de salud, prevención de la enfermedad y protección de las personas en su lengua aborigen, es decir, aprende en español, pero debe traducirlo a cabécar.
Para la doctora Victoria Villalobos, médico del área de salud de Hone Creek – Talamanca los beneficios de contar con esta asistente indígena son muchos.
“Será un enlace propio de la comunidad con el personal médico, de enfermería, laboratorio, farmacia y otros servicios del área de salud local. A ella se le enseñan herramientas para mejorar la salud de las personas indígenas que viven en los pueblos lejanos de Talamanca. La estamos capacitando para que regrese a su comunidad de origen y pueda llevar los consejos, recomendaciones y políticas institucionales de manera natural sin alterar los estilos de vida» explicó la doctora Villalobos.
La idea es que una vez que la joven concluya con el proceso de capacitación ayude a mujeres en periodo de lactancia, promueva el lavado de manos y detecte deficiencias sanitarias. También Vitinia llevará material de apoyo adaptado a su lenguaje y formas de vida.
“Lo primordial es que pueda desenvolverse de acuerdo con la política de buen trato que promueve la Caja y se enfoque en la atención centrada en la persona. Acá recibe mucho apoyo de los compañeros que hablan su lengua materna y ellos son parte fundamental en esta misión que llevará Vitinia en adelante” concluyó la doctora.
La Asociación de Desarrollo Indígena fue la que propuso a esta joven de 19 años para que fuera la embajadora de ellos ante la CCSS.
Con base en el ritmo de crecimiento poblacional de este grupo étnico, se estima que la población cabécar actual asciende a las 14 000 personas y ese será el público meta al que Vitinia llevará su conocimiento en el lenguaje propio de su gente.