Vera Gómez, de 59 años y vecina de Cartago, jamás pensó que su idea de sembrar vegetales para el consumo de su familia evolucionaría en cuestión de cuatro años a un negocio consolidado, en el que coloca sus productos en supermercados y ferias.
“Yo comencé con un poquito de remolacha, compré un sobrecito en un comercio y ya luego fui agarrando y agarrando terreno. La agricultura es algo con lo que uno nace porque toda la vida me ha gustado, yo veía a alguien sembrando y pensaba ojalá me dejaran trabajar aunque no me paguen”, relata doña Vera, quien se involucra en todo el proceso de producción.
A ella es común verla caminando por las fincas mientras analiza qué va a sembrar y cuánto, pero también se encarga de llevar los almácigos (sitios en que se siembran semillas para su posterior trasplante) y los líquidos requeridos para una buena siembra y cosecha, recoge los productos y hasta hace un tiempo, hasta trasladaba la carga de la finca a la planta.
“Toda mi familia es agricultora, yo le ayudaba a mi papá como a los 10 años, jalaba los bueyes o me llevaba a deshierbar zanahoria. Siempre me ha gustado el campo, mucha gente dice que la cocina es su bendición, pero para mí es el campo”, resaltó ella.
El crecimiento de su pequeña empresa ha sido tan acelerado que pasó de tener un espacio para sembrar en su casa, a disponer de 12 manzanas en las que produce repollo, brócoli, maíz dulce, culantro, zanahoria, cebolla, hinojo, zapallo, zucchini y vainica baby.
La mayoría de los productos son vendidos en las verdulerías de los Walmart, Masxmenos, Maxi Palí y Palí. Por ejemplo, doña Vera les entrega 2.000 kilos de repollo,1.000 kilos de brócoli, 80 kilos de hinojo, 600 unidades de zucchini y 80 bandejas (con seis unidades) de zapallo cada semana.
Pese a cosechar buenos resultados y aunque para algunos sea un trabajo muy cansado para su edad, ella no tiene previsto alejarse del campo sino más bien espera seguir creciendo para poder darle trabajo a más personas de la comunidad -actualmente emplea a 10 personas-.
“Quiero tener una empacadora más grande, poder tener más gente trabajando y hasta más tierra; hace tres meses adquirí un terreno que ya lo tenemos sembrado. Es una responsabilidad muy grande porque uno tiene gente y todos tienen una familia”, contó Gómez.
La PyMe de doña Vera es una de las participantes del programa Tierra Fértil que incentiva a los agricultores locales a que vendan sus productos de forma directa a Walmart, con lo que garantiza un trato justo y un mejor precio, además reciben otros beneficios como asesoría en mejores prácticas y acceso a tecnología efectiva y de bajo costo.
“Yo antes le vendía a una empresa y ellos le vendían a Walmart, pero desde hace casi un año, le vendo directamente a Walmart. Los beneficios son muchos: el precio, las cantidades y el pronto pago, porque uno necesita darle vuelta al terreno y también, si lo vende por fuera hay que hacerlo más barato”, destacó la empresaria cartaginesa.