En los periodos de vacaciones a mitad o finales de año aumentan las familias que estarán viajando. Para algunas, la sola idea puede causarles pánico ya que entre sus hijos se encuentra uno que es quisquilloso para comer.
Acoplarse a los gustos y preferencias de su hijo puede convertir sus vacaciones en algo fastidioso que puede impedir una experiencia auténtica del nuevo lugar que visitan. ¿Y acaso no es esta la razón por la que viajan?
Por lo anterior, ofrecemos los siguientes 5 consejos para viajar con un niño:
- Muéstreles la gastronomía del lugar que visitarán antes del viaje. Planea una salida a un restaurante en donde sirvan la comida del país que visitarán o cocinen juntos en casa una comida típica del lugar. El punto es que todos se familiaricen con los olores, sabores y colores de la cocina del país que visitarán.
- Busque lugares que ofrezcan platillos diseñados para niños. El restaurante debe tomar en consideración la porción, así como la presentación de la comida que sirven, ya sea en forma de figuras de animales, en platos de colores, etc., entre otros detalles.
- Expóngalo a los nuevos sabores poco a poco. No va a ganar si sienta a su hijo delante de un platillo completo de comida extraña. Solo obtendrá llantos y mal humor. En su plato, incluya algo nuevo acompañado de algo que ya conoce y le gusta. Por ejemplo, si están viajando a Ecuador puedes ofrecerle en uno de nuestros restaurantes, una empanada verde con queso y acompañarlo con unas papas a la francesa.
- Exploren sabores juntos. Si su hijo la ve probando algo por primera vez, hay más posibilidad de que también se anime siguiendo su ejemplo. Convierta la experiencia en una aventura en donde todos participen. Hazlo de manera divertida, como un juego. Que sea una votación de dónde y qué comerán durante el viaje.
- Llévelos a lugares familiares. Están de viaje en un lugar nuevo para el niño, hay bastante que asimilar. Muchos huyen de lo conocido mientras están de viaje, pero no por ir a un lugar conocido se tiene que perder la autenticidad del lugar donde visitas. Por ejemplo, puede ir a un McDonald’s en México y pedirle a tu pequeño unos McMolletes así conocerá un platillo típico pero en un entorno y envoltura que él reconoce.
Viajar con niños que no comen de todo no tiene que ser una mala experiencia, siempre y cuando lo manejemos de la mejor manera dentro de nuestras posibilidades. Al final del día, algo que padres de familia aprenden con la experiencia es que los hijos, cuando tienen hambre, comerán por sí mismos, así que disfruten de sus vacaciones.