Carlos López González, cuenta que desde su niñez fue criado fuera de la religión católica. Además, en su adolescencia y juventud -dice- vivió una vida sin límites, de libertinaje. Cayó en el alcohol, incluso en las drogas. Sin embargo, su conversión llegó de manera inesperada.
Dios le enamoró y desde entonces cree en la riqueza del catolicismo desde sus sacramentos y bajo la mirada de la Virgen María, quien dice fue el camino que Dios escogió para llamarle y convertir su vida.