Alejandra Arce, es una oficinista, vecina de Desamparados, que debió atravesar un largo desierto. Primero, producto de un desamor cayó en una depresión que le llevó a pensar y actuar en contra de su propia vida; luego afrontó un embarazo en riesgo, el cual los médicos confirmaban una clara amenaza de aborto.
En ambos casos, ella clamó a Cristo y Él le respondió. Alejandra hoy da testimonio de que el único camino para sanar y ser libre es el perdón, además de entregarle su corazón a Dios y así construir un presente y futuro bajo el control de Jesucristo.