Con 24 años de experiencia como médica y 17 como especialista en psiquiatría, la Dra. Sisy Castillo Ramírez, actual viceministra de Salud, es uno de esos casos en los que se evidencia un ejemplo vivo de superación personal.
Los sueños de colocarse algún día el vestido de la medicina y así ayudar a los más necesitados la llevaron a vencer cualquier obstáculo que se le presentara.
Santa Cruz de Guanacaste fue el terreno cálido en el cual cultivó la semilla de la disciplina y perseverancia, elementos con los cuales venció incluso aquellas voces que le invitaban a abandonar su enamoramiento por la psiquiatría.
Entre la brillantez de su humildad, Castillo abrió las puertas de su Despacho para brindar una entrevista a Periódico Pura Vida, no sin antes -como buena experta en salud mental- recibirnos con un clásico “pura vida”.
-Dra. Castillo su historia empezó a escribirse en Santa Cruz, ¿cierto?
Sí, hace ya alrededor de 51 años, ya casi 52. Soy oriunda de Santa Cruz de Guanacaste y como decimos en el pueblo: ‘ahí deje mi ombligo’. Ahí me tocó crecer, ir al kínder, a la escuela y al colegio; e hice generales también la zona rural.
-¿Cómo logró estudiar en una zona rural y bajo qué condiciones?
Las zonas rurales tienen algunas carencias pero tienen otras cosas que no se tienen un lugares urbanizados como el espacio, el ambiente, la naturaleza, mucha compañía de vida en el barrio con los compañeros y amigos… ¡la calidez de la gente!
Ya estudiando por dicha tuve buenas maestras. En aquella época era de primero a sexto verdad, y en el colegio sí mi papá y mi mamá fueron docentes. Mi papá era profesor y director de colegio por muchos años, y siempre pues se nos inculcó el estudio como un valor importante en nuestro crecimiento y desarrollo.
Eso implicaba que había que hacer tareas antes de ir a jugar, implicaba también cumplir con horarios, y eso va forjando una forma de responsabilidades que desde pequeños una va incorporando a su forma de vida. Evidentemente es algo que tiene que ver con responsabilidades.
-¿De dónde nació el deseo de ser psiquiatra?
Recuerdo que siempre quise -desde muy pequeña- estudiar medicina, eso sí como un medio para ser psiquiatra. Si usted me pregunta de dónde se me ocurrió que yo quería ser psiquiatra, este ‘diay’ siempre quise ser psiquiatra, no sé de dónde salió ni de dónde vino. La medicina solo era una vía para alcanzar esto.
-¿Fue complicado alcanzar la meta?
Tuve que venirme a estudiar a San José cuando gané el examen de la Universidad de Costa Rica para estudiar medicina. Ese fue un cambio difícil porque una es de una zona rural y tiene que dejar la familia. A San José vine a vivir con tías, y fue un cambio difícil para mí el incorporarme a la ciudad con una serie de cosas que era diferente a mi zona de origen.
-¿Cómo hizo para mantener la escala de valores que aprendió en el campo?
Eso lo marca a una desde pequeña, esta forma de convivencia y educarse en una zona rural con ciertas características. Santa Cruz es un pueblo muy alegre, un pueblo muy solidario, un pueblo en el cual a la gente le gusta estar con gente, y pues le gusta ayudarse.
Algo muy particular es que uno siempre ‘hala para el pueblo’. El respeto que las personas tienen hacia la gente que somos del pueblo y obtuvimos una profesión y que nos devolvemos al pueblo a trabajar ahí.
Precisamente yo regresé después de médica a hacer el servicio social y trabajé un año y resto más en Santa Cruz. Ya luego tuve que devolverme a San José para hacer la especialidad en psiquiatría.
Pero sí hay una parte interna de devolverle al pueblo, al país el apoyo, porque yo estudié en una escuela pública, en universidades públicas, si hubiera sido de otra manera posiblemente los recursos familiares no eran suficientes como para que uno optara por otro tipo de instituciones privadas y convertirse en una persona profesional.
-¿Hubo resistencia cuando anunció su sueño de estudiar psiquiatría?
Mientras yo dije que quería ser médica todos muy contentos, mi papá, mamá, familia y amigos; ya después de pasar todos los años y la parte donde una está haciendo el internado, los mismos compañeros que siempre preguntan ¿qué es lo que querés estudiar?. Unos decían que querían ser cardiólogos, yo dije quiero ser psiquiatra, y los compañeros, compañeras, profesores, me decían: ¿cómo va a hacerse psiquiatra?, ¿no le gusta otra cosas?.
Y sí, sí me gustaban otras cosas, pero lo que más me gusta era ser psiquiatra, entonces cuando les dije a mis padres que me quería especializar en psiquiatría esa idea no les gustó mucho.
Mi papá me acuerdo que me dijo: ‘pero muchacha porque no estudiás otra cosa, vos no ves que todos los psiquiatras son como medio locos’. Y yo le respondí: ‘papi es que eso es lo que a mí me gusta’.
Esa es una parte del estigma, de prejuicio que se tiene digamos de la profesión. En algunos momentos, tengo que reconocer que a veces ha sido una parte que no solo ha sido un prejuicio que se ha visto el efecto, el impacto que tiene el trabajar con personas que tienen enfermedades crónicas, pero ahora esto es diferente.
La psiquiatría tiene una serie de instrumentos y de medicamentos que permiten a las personas tener un buen tratamiento, una vida prácticamente normal, y a mí me gustan también este tipo de retos. Las personas que tienen problemas mentales han sido bastante discriminadas, incluso por la misma profesión médica.
-¿Se siente satisfecha por lograr lo que deseo de niña?
Estoy muy contenta con lo que ha sido mi vida académica y profesional. Con las cosas que me he empeñado en hacer, mis ideales e intereses solidarios, y con la experiencia de la vida una va viendo que hay cosas que no deben ser tan grandes para ayudar a las personas que tienen un problema en la salud, específicamente de salud mental.
Tengo que decirles que he contado con el apoyo de gente maravillosa como colegas y compañeras (os) de otras disciplinas que también han tenido de alguna forma este interés en nuestra profesión, en el campo de la salud mental, y eso nos ha permitido hacer cosas positivas y me ha permitido con el apoyo de ellos llegar a concretar asuntos, temas que creemos le generarán cosas positivas a las personas.
-¿Cómo fue que se hizo la primer Política de Salud Mental del país y cómo ayudará a la población?
Si usted no tiene como Ministerio de Salud una rectoría sobre el campo de la salud mental, pues es muy difícil que sin una Política de Salud Mental se puedan hacer cosas coordinadamente para llevar a una mejor atención, una mejor prevención de estas enfermedades, y una mejor promoción de la salud mental de la población.
En ese sentido un grupo con interés en esta Política se acercó a ayudarme, y trabajamos durante el año pasado y se concretó la Política de Salud Mental, que se oficializó el 10 de octubre de 2012, que es el Día Mundial de la Salud Mental.
Corrimos mucho y trabajamos mucho para oficializarlo, nos dirigimos desde los lineamientos de la política, considerando los determinantes de la salud mental: ambientales, biológicos, de accesos a los servicios de salud y todo lo que tiene que ver con los determinantes socioculturales y económicos.
Ahí vimos las causas desde estos cuatros determinantes que pueden afectar la salud mental, los factores que pueden ser protectores en esos cuatro determinantes, y así se elaboró la Política de Salud Mental, que lo que pretende es así en concreto y en final que las personas en las comunidades tengan una promoción, prevención de la salud y una atención temprana de sus enfermedades.
-¿Se ha trabajado en conjunto con el Hospital Nacional Psiquiátrico?
Dentro de las colegas que trabajaron con nosotros está la colega Lilia Uribe, directora del Programa de Rehabilitación y Hospital Diurno del Hospital Nacional Psiquiátrico, que trabajó mucho tiempo con pacientes que antes se llamaban crónicos, así se les decía, son personas que de alguna forma tienen algún tipo de discapacidad, lo que no significa que no 0se puedan incorporar a una comunidad, a una sociedad, a una familia, a una actividad laboral.
Entonces, la Política entre sus cosas tiene un eje muy importante que tiene que ver con la reinserción de las personas que en algún momento han tenido algún trastorno mental y que es cuestión de adecuar el ambiente y adecuar algunas cosas para que ellas puedan participar de la comunidad como personas normales; que en algún momento tuvieron algún tropiezo de salud y que ya están compensados de su enfermedad.
-¿La parte mental es tan tratable como la física?
Esto es como la persona que tiene asma y tiene que ir al hospital en cualquier momento porque tiene una crisis seria o la persona que se le subió la presión o el azúcar, igual en algún momento una persona con un trastorno mental en algún momento tendrá alguna crisis pero igual se va a poder recuperar y hacer su vida normal.
-¿Cómo afrontar el stress, la depresión, el fracaso, la fatiga?
Así como son situaciones que llegan, así también se pueden superar, eso es muy importante que la persona sepa que los psiquiatras o las personas que trabajan en salud mental no “atienden locos” como se les ha llamado a las personas que en algún momento han tenido una enfermedad, pero que con los medicamentos y técnicas actuales como la terapia a través del arte, la danza, incluso con la incorporación laboral con otro tipo de conocimiento más amplio, pueden tener una vida normal.
La gente debe saber que un problema depresivo, ansioso, algún trastorno como la esquizofrenia, el trastorno bipolar, crisis de ansiedad o las fobias, son enfermedades o trastornos que tienen tratamiento.
-¿Se puede salir solo de un caso como los descritos anteriormente?
A veces no son cosas así como que yo tenga que poner de mi parte, o que es un castigo de Dios como la gente pensaba antes, no; son enfermedades que tienen un sustrato bioquímico a nivel del cerebro y que así como tienen una causa también tienen una curación que actualmente son posibles para las personas, con medicamentos y terapias.
También es importante a nivel comunitario y de Estado cuidar las condiciones sociales y ambientales de la gente, pues si tenemos esa carga genética o de herencia de una enfermedad mental, un ambiente adecuado donde la gente hace actividades de recreación, de deporte, donde no usa drogas, ni usa licor, esto permitirá que ese gen que uno tiene ahí talvés nunca se vaya a desarrollar y nunca se tenga una enfermedad mental porque tenemos factores protectores.
-¿Al menor síntoma se debe asistir al especialista?
Es muy importante que la gente sepa que cuando se siente mal, triste o deprimido, que estas cosas tienen cura y que por lo tanto es importante ir a consultar, y que por ir a consultar no significa que usted está loco. Tampoco les tiene que dar vergüenza que la gente sepa que usted en algún momento se deprimió y que en algún momento tuvo que tomar medicación para eso.
-¿Mensaje final?
Eso de que yo soy muy ‘macho’ y entonces yo me curo solo, ¡no!, así no funciona. Porque hay cosas que son leves y pasan fácilmente, pero hay otras que van evolucionando y por lo tanto es mejor atenderlas temprano.
Si usted tiene un problema depresivo va a requerir atención especializada y tendrá una mejor respuesta al tratamiento entre más temprano busque ayuda con profesionales en el campo de la salud mental.