En el marco de la conmemoración del 50 aniversario de la creación del Sistema de Parques Nacionales, el Ministerio de Ambiente y Energía emitió la directriz SINAC-DE-944-2020 que prohíbe el plástico de un solo uso en Áreas Silvestres Protegidas (ASP) del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC).
La directriz prohíbe el consumo, uso e ingreso de plásticos de un solo uso en Parques Nacionales, Reservas Biológicas y Monumento Nacional a partir del 25 de febrero del 2021, seis meses después de su firma. Además, estipula que las Áreas de Conservación del SINAC fortalecerán las acciones dirigidas a la gestión adecuada de los residuos sólidos al interior de sus instalaciones.
Es importante señalar no se afectará las condiciones cartelarias previamente pactadas en contrataciones administrativas o permisos de uso anteriores y que estén vigentes al momento de la publicación de esta directriz, pero SINAC velará para que en las nuevas condiciones cartelarias si se cumpla lo dispuesto por esta directriz.
La prohibición incluye materiales tales como, removedores (agitadores), pajillas, cubiertos desechables (tenedores, cucharas y cuchillos de plástico), vasos desechables, contenedores de alimentos de comida rápida, vajillas plásticas, bolsas plásticas no reutilizables, botellas plásticas desechables y envolturas que no son parte del producto final.
Aplica a visitantes, investigadores, prestadores de servicios asociados, personas físicas o jurídicas que realicen actividades en el interior de estas áreas, a los funcionarios y funcionarias y en general a todo usuario que ingrese a las Áreas Silvestres Protegidas.
La directriz será aplicada por los funcionarios y funcionarias del SINAC, especialmente los que trabajan en las Áreas Silvestres Protegidas definidas, departamento administrativo financiero del SINAC, directores de las áreas de conservación y de la proveeduría institucional del SINAC.
Funcionarios del SINAC serán las personas encargadas de velar por el cumplimiento de esta directriz, para lo cual deberán advertir a los diferentes usuarios de esta prohibición y de no cumplirla se exponen al decomiso de los objetos fabricados o embalados con plásticos de un solo uso.
Iniciativa forma parte del Plan de Gestión Integral de Residuos 2016-2021 que provee un esquema para que instituciones del sector público, privado y de la sociedad civil propongan, registren e implementen compromisos voluntarios referentes a las áreas de acción conjunta que permitirían sustituir los plásticos de un solo uso por alternativas renovables y compostables, iniciando en la GAM y con repercusiones en zonas costeras.
El desarrollo de un sistema de gestión integrada de residuos es, precisamente, uno de los ejes del Plan Nacional de Descarbonización 2018-2050, que busca convertir a Costa Rica en una economía verde con cero emisiones netas en 2050.
Estrategia Nacional para sustituir el consumo de plásticos de un solo uso por alternativas renovables y compostables. Pretende contribuir a la solución del problema de contaminación que generan los plásticos en las cuencas hidrográficas de la GAM, así como sus efectos en el Pacífico costarricense. Consiste en un proceso participativo para promover acciones voluntarias orientadas a eliminar uno de los contaminantes más presentes en el entorno: los plásticos de un solo uso.
José Vicente Troya Rodríguez, representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, reconoció que Costa Rica asumió el compromiso de ser un país libre de plásticos de un solo uso para el 2021. «El PNUD hizo suyo este compromiso y ha venido participando activamente y apoyando todas las acciones para alcanzar esta meta», dijo.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas, más de ocho millones de toneladas de plástico terminan en los océanos, causando graves consecuencias en la flora y fauna marina, la pesca y el turismo.
El Ministerio de Salud reportó que para el 2018 el país generó 1.462.397 toneladas de residuos de los cuales un 4,2% fue recuperado en reciclaje, compostaje y co procesamiento, un 88,6% fue dispuesto en rellenos sanitarios y vertederos, y un 7,2% tuvo otra disposición final, mejorando su gestión con respecto a los datos del 2016 y 2017.