Lo que inició como una respuesta de los oficiales de la Fuerza Pública de Acosta, en San José, ante una llamada de supuesto abandono de menores y violencia intrafamiliar, lo cual quedó descartado, se convirtió en el comienzo de lo que ahora es la realización de un sueño.
Y es que, un grupo de policías llegaron hasta el sector montañoso de Bijagual, en Acosta, donde se toparon con una dura realidad, ahí conocieron a una familia costarricense en condición de pobreza extrema y la que vivía en un racho construido con desechos de madera y zinc herrumbrado.
Esta familia la integran don Gerardo Sánchez, su esposa Katia Mora y sus dos hijas: María Fernández de 7 años y Mari Lu de 2. La humilde vivienda tenía piso de tierra, además que carecía de los servicios básicos, no contaban con agua potable, ni luz, carecían de servicio sanitario, ducha y cocina.
Los policías sin obviar dicha realidad, y posterior a esa visita, les llevaron comida y ropa; sin embargo, su espíritu de servicio los llevó a soñar y a querer ir más allá. Fue así como se organizaron con la intención de construir una vivienda digna para la familia que les movió el corazón.
Apoyo total
Poco a poco los materiales para construir la casa fueron llegando de parte de vecinos y los comercios de Acosta. Mientras que, la mano de obra la pusieron los policías, pues durante su tiempo libre se internaron en el sector para ir consolidando el sueño.
Durante 20 días, los oficiales de la Fuerza Pública de Acosta construyeron la casa que mide 7X7 metros cuadrados. Gracias a ello, ahora la familia cuenta con una vivienda de tres cuartos, con piso, pila, servicio sanitario y ducha, además sala comedor y también un pequeño corredor.
El oficial de la Fuerza Pública, Narciso Meza, comenta: “nosotros no podemos ser ajenos a la realidad de muchas familias y menos para los que la falta de oportunidades es evidente. Comenzamos esto como un sueño y hoy nos llenamos de orgullo al entregarles una casita”.
Todo el material utilizado es nuevo, la casa tiene ventanas, luz y agua potable, además que ahora don Gerardo, doña Katia, María Fernanda y Mari Lu poseen un techo seguro y digno, lo cual es lo más importante para los policías.
Tal y como lo dijo el señor Gerardo Sánchez”, “estamos demasiado agradecidos con la Fuerza Pública de Acosta. Esto ni lo habíamos soñado, ahora gracias a ellos mi familia y yo tenemos una casa donde vivir tranquilamente”.