El Papa Francisco aprovechó la visita de la Selección de Argentina e Italia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano para hacer un llamado a los jugadores y dirigentes del balompié mundial para que el deporte sea una actividad en la cual prevalezcan los valores.
“Gracias, especialmente a la Selección Argentina por su visita, les pido que vivan el deporte como don de Dios, una oportunidad para poder fructificar sus talentos, pero también una responsabilidad. Queridos jugadores quisiera recordarles especialmente con su modo de comportarse tanto en el campo como fuera de ella, en la vida son un referente”.
Seguidamente, el Santo Padre -de nacionalidad argentina- reforzó la invitación para que los futbolistas compitan con honestidad, empero en especial citó la relevancia de ser personas que den un buen testimonio a millones de hinchas que siguen esta actividad, en especial a los más jóvenes.
“Con su conducta con su juego, con sus valores hacen el bien, la gente los mira, aprovechen esta oportunidad para sembrar el bien. Aunque no se den cuenta para tantas personas que las miran con admiración son un modelo para bien o para mal, sean conscientes de eso, y den ejemplo de lealtad, respeto y altruismo; ustedes también son artífices del entendimiento y de la paz social que necesitamos tanto. Ustedes son referencia para tantos jóvenes y modelos de valores encarnados en la vida, yo tengo confianza en todo el bien que podrán hacer entre la muchachada”.
También les dijo que antes de ser campeones, son hombres, personas humanas, con sus cualidades y con sus defectos. “Hombres, portadores de humanidad”. Y al recordar a los dirigentes la importancia del deporte, no dejó de afirmar que el fútbol, como algunas otras disciplinas, ¡se ha convertido en un gran negocio! Por esta razón les pidió que trabajen para que no pierda su carácter deportivo, promoviendo siempre esa actitud de “aficionados” que, por otra parte, elimina definitivamente el peligro de la discriminación.
El Papa Francisco se despidió pidiendo la intercesión de los jugadores, para que también en el “campo” en que Dios lo ha puesto, pueda jugar un partido honrado y valeroso por el bien de la humanidad.
“Esta vocación tan noble del deporte. Pido al Señor que los bendiga y a la Virgen Madre que los custodie. Y, por favor, les pido que recen por mí, para que también yo, en el “campo” en que Dios me ha puesto, pueda jugar un partido honrado y valeroso por el bien de todos nosotros”.
La Selección de Italia y Argentina se medirán mañana en suelo italiano, en un juego dedicado precisamente a Su Santidad.