No más dolor y una mejor calidad de vida. Ese es el objetivo de una nueva terapia de administración de medicamentos para pacientes con cáncer con la que cuenta el hospital México y la cual consiste en el implante de un dispositivo o bomba de infusión debajo de la piel del abdomen.
De acuerdo con el doctor Gabriel Carvajal Valdy, especialista en Cuidados Paliativos y con amplio entrenamiento en estos procedimientos, lo que se busca es poder brindarles una mejor calidad de vida a los pacientes que cursan con una enfermedad oncológica y que ya no responden a otras alternativas de tratamientos para el dolor, que son administrados por vía oral o inyección, es decir, cuyo dolor ya no es manejable con ningún tipo de medicamento.
Estos dispositivos disponen de un tubo fino con el que se administra de forma continua la medicación, que por lo general es morfina, directamente en la médula espinal, en el área que se conoce como intratecal, es decir, dentro del saco que rodea a la médula espinal.
Para el especialista, el impacto que se obtiene no sólo se relaciona con el manejo del dolor, sino también con una serie de variables que intervienen en el proceso de la enfermedad de estos pacientes como lo son las recurrentes visitas al servicio de Urgencias, la disminución de los efectos secundarios por la ingesta de medicamentos y la disminución en las hospitalizaciones y otros gastos asociados con la atención.
Se trata de una opción altamente comprobada con la que se le brinda una solución al dolor a pacientes que ya no tienen alternativa de tratamiento. Anteriormente se han implantado dispositivos en el servicio de neurocirugía del hospital Max Peralta de Cartago, no obstante es hasta ahora que se consolida por primera vez como un programa debidamente establecido en el servicio de Medicina Paliativa del hospital México, con una expectativa de programación de 15 dispositivos al año.
Al tratarse de un procedimiento que se realiza en quirófano se deben hacer varias coordinaciones, como la asignación de sala de operaciones de parte del Departamento de Cirugía, Anestesia, Enfermería e incluso con Neurocirugía, por si se presenta algún tipo de complicación en el transcurso del procedimiento.
Cada dispositivo tiene un costo de 20 000 dólares (más de 11 millones de colones) y para su colocación los pacientes deben cumplir con una serie de requisitos mediante un proceso de selección en el que intervienen especialistas en Medicina Paliativa y Oncología.
El primer dispositivo que se colocó en el hospital México fue a una paciente de 56 años, oriunda de San Carlos, con diagnóstico de cáncer de colon avanzado. La señora pasó de necesitar 180 mg de morfina por vía subcutánea cada 24 horas a 1.8 mg al día de este medicamento, con la respectiva disminución en los efectos secundarios y las mejoras en su calidad de vida y funcionalidad.