Nunca antes había estado en un país de América Latina y en su primera visita, la poeta Mary Jo Bang llegó como una de las escritoras invitadas a la XVII Feria Internacional del Libro Costa Rica 2016 (FILCR), donde la recibió el epicentro de la literatura que una vez al año convoca propuestas nacionales e internacionales, en un país que busca el fomento a la lectura, a lo largo de 12 meses y a través de distintas iniciativas.
Autora de numerosos libros de poesía, algunos de ellos meritorios de reconocimientos como “Elegy” (2007), ganador del Premio del Libro Nacional que otorga el Círculo de Críticos en Estados Unidos y del Premio Alice Fay di Castagnola.
Con solo tres días de estancia en Costa Rica, afirmó que de este país le gustaría saber más: “deseo conocer más allá, veo su arquitectura, he conocido a su gente, escucho el idioma, pero quiero saber cómo sucedió, quiero saber ¿Cómo se formó el tejido social de este país? ¿Cuál es su historia?”.
Bang quien nació en 1946 en Misuri, Estados Unidos, obtuvo una licenciatura y una maestría en Sociología, de la Northwestern University. También se licenció en Fotografía de la Politécnica de Londres, y cuenta con una Maestría en Bellas Artes de la Universidad de Columbia, en su país.
En una de las jardineras en la explanada de la Antigua Aduana, rodeados de gente animada por las ofertas literarias, los conversatorios o las presentaciones artísticas, respondió con ánimo sincero, de ese que surge de la pasión por compartir lo que se hace, las preguntas de la Oficina de Prensa del Ministerio de Cultura y Juventud. Este es un extracto de la conversación:
– Encuentro que sus poesías, aparte de proporcionar una lectura fácil, encierran un gran contenido espiritual…
Bueno, ese término espiritual es muy interesante. Porque a menudo la gente lo relaciona con algo religioso y yo, en lo absoluto soy una persona religiosa. Pero creo que usted se refiere a alguien muy sensible y pues sí, a veces eso hace que la vida sea un poco difícil.
Creo que los poemas son un retrato de la mente de una persona, que puede ser un personaje que invento. La pongo en el escenario y ella y yo somos similares, ambas somos grandemente afectadas por el mundo.
– ¿Cómo describiría su proceso creativo?
Bueno, hay muchos procesos. A veces escucho una frase por ahí y ese lenguaje envía mi mente a algún lugar; o tal vez, veo una pintura, un dibujo, una fotografía, u observo una escena de la vida como un árbol, o alguien que pasa caminando y eso también envía mi mente a algún lugar. Entonces, el poema es un registro de lo que queda en mi mente, de lo que estoy pensando después de esa provocación inicial. Algo me impulsa al inicio, libero mi mente que se va a diferentes lugares, y escribo de esos lugares a los que mi mente se dirige.
Pero el arte surge cuando no solo escribo en lenguaje plano, sino que imagino el lugar de otro. Le doy un ejemplo: escribí un poema llamado “C” por Cher, la cantante. Mientras esperaba en el consultorio dental, leí un artículo de la Revista People, que hablaba acerca de la experiencia de un periodista quien tras cenar con Cher, escribió acerca de lo que ella ordenó para comer.
Entonces empecé a escribir un poema de Cher mientras comía y luego incorporé otro personaje que aparece en mi mente y resulta que es Mickey Mouse, una figura cultural. A todo esto, Cher tiene una canción que se llama “Si pudiera regresar el tiempo”. Como poeta sería muy sentimental que escribiera algo como –Ojalá pudiera regresar el tiempo-. Pero en el poema yo puedo hacer que sea Cher, quien cante, y de hecho lo hace. Así que dije lo que quería decir, pero hice que fuera ella, quien lo hiciera por mí. De esa forma, espero haber sorprendido al lector que no esperaba encontrarse a Cher cantando o a Mickey Mouse, en un poema.
– ¿Cuál es la esencia de su creación? ¿De dónde surge?
Bueno, tendríamos que preguntarle al Dr. Sigmund Freud, quien tiene la historia completa, pero tiene que ver con evitar el aburrimiento, que encuentro muy doloroso. Cuando era niña lo evitaba con los libros y la lectura. Pero cuando descubrí la poesía, me di cuenta de que al igual que la lectura, la poesía es un juego. Es como hacer un crucigrama y al mismo tiempo es un juego de oportunidades.
Uno siempre está tratando de ganar el juego y en la poesía ganar significa darse cuenta de las ambiciones para el poema, que ni siquiera se saben antes de empezar. Pero conforme uno escribe, se va haciendo una idea de lo que quería que fuera. Se quiere que sea algo que cuando uno lea de nuevo, le guste el registro de lo que hizo, del pensamiento de ese momento y también uno quiere que afecte al lector, de tal modo que disfrute la forma en cómo usted acomodó esos pensamientos con el lenguaje.
– ¿Alguna vez ha luchado por no escribir acerca de algo?
No, tal vez he llegado a pensar que quizá esté demasiado expuesta si escribo sobre algún tema o si la mujer luce como yo. Así que tengo que hacer que la mujer se parezca a Cher o a Mickey Mouse, para alejar la mente del lector, de mí. Por supuesto, sigo siendo yo, pero esa pequeña distancia es muy útil. –Si pudiera regresar el tiempo-.
Cuando se tiene un poeta en vida, la gente se tiende a confundir, porque cuando leemos su poesía y creemos conocerlo, pensamos por ejemplo, -ah en ese poema está hablando acerca de su padre, o algún otro familiar- y tal vez el poeta lo esté haciendo o tal vez no; probablemente esté hablando de sí mismo o de alguien que conoció. Eso el lector no tiene por qué saberlo, ni si quiera debería molestarse en esos detalles.
Quiero que mi trabajo no esté limitado por las circunstancias de mi vida, aunque por supuesto están de alguna manera conectadas, pero eso no es de lo que se trata mi poesía. No se trata de que yo cuente algo de alguien relacionado conmigo, se trata de ser humano. Y así es como me quiero conectar con la gente, no desde las circunstancias particulares, sino desde lo general.
– ¿Le resulta más fácil escribir poesía cuando hay estados de felicidad o tristeza, que cuando simplemente se siente normal?
Bueno, ¿hay algo entre la tristeza y la felicidad? Esos son los extremos pero si uno ha dedicado su vida a escribir poesía, uno no espera las experiencias emocionales y el poema no surge de un registro de esa experiencia.
El poema surge como un registro de todos los días; y algunos de esos días, uno se siente de una manera y otros de otra. Pero cuando usted siente una de esas emociones fuertes, hay que sacar todo lo que alguna vez ha aprendido acerca de la escritura y aplicar todo su conocimiento al poema. Pero realmente no importa, estás practicando todo el tiempo tal y como lo hiciera un bailarín o un cantante, que ensayan. Pero con la poesía, hasta los ensayos son poemas. Las grandes obras surgen solo cada cierto tiempo, pero si esperas a que eso suceda, tal vez te pase solamente una vez en la vida.
– No todas las personas pueden expresar sus sentimientos con la palabra escrita. Como poeta usted tiene un don que al mismo tiempo se convierte en una gran responsabilidad…
Sí y no. No tengo ningún control, ni siquiera ahora que estoy viva, de cómo se recibe mi trabajo.
La poesía es muy útil en muchas formas, me gusta viajar y hacer que la poesía esté disponible para la gente. Para mí, es un regalo ser invitada a una Feria como esta, en la que logro conocer a gente que como usted, realiza preguntas que me hacen pensar y darle voz a algo que probablemente solo hago basada en la intuición. Pero ahora tengo que descifrar, qué es lo que estoy haciendo, por qué hago los poemas de esta forma. Así que la próxima vez que escriba, esa información estará en mi mente también. Estoy aprendiendo solo por el hecho de responder a sus preguntas.
No es realmente una responsabilidad, porque una responsabilidad implica trabajo. Como si debiera algo… En realidad es una avenida de dos vías, en la que transito agradecida con la gente que está interesada en mi poesía y quiero conocerlos y a veces resulta que la gente quiere que les hable acerca de mi trabajo en la poesía.
Pero una vez que muera, no tengo control de lo que pase ni de lo que las personas vayan a hacer con mi trabajo. De hecho, muchos escritores son olvidados muy rápidamente, especialmente las mujeres. Me sentiría muy afortunada si se escribiera una historia sobre la poesía de este tiempo, en la que si quiera mi nombre sea mencionado, porque hay muchos poetas y relativamente pocos lectores. Pero no puedo controlar eso.
– ¿Cuál sería un sueño que usted pudiera imaginar, de cómo su trabajo pueda beneficiar a alguien en cualquier parte del planeta?
Me sorprende, como poeta, que cuando a veces uso información personal, aunque me distancie con la creación de personajes, logro motivar a la gente que de alguna manera siente que conocieron a un ser humano y hay algo de consuelo en eso. De saber que no eres el único en tener sentimientos fuertes. Creo que eso se relaciona con lo que usted mencionó en la primera pregunta, de percibir mi trabajo como espiritual.
Creo que sí, me siento profundamente conectada a otra gente y la poesía son esas páginas del espacio social, donde la gente se puede encontrar y hablar acerca de temas que de otra manera serían difíciles de tratar, aunque sea con los amigos. Gente que tal vez no quiera escuchar que tu madre murió recientemente, y si lo hacen le darán sus condolencias, pero no es un tema del cual quieran escuchar otra vez, porque se van a preocupar de que usted no logre salir adelante. Pero siempre se puede volver al poema donde alguien diga: “está bien que siga doliendo y aquí estoy yo también y lo he sentido y sobreviví al dolor, y usted lo hará también”. Y hay una gran conexión en eso.