Ante la debilidad del país en el manejo de los residuos sólidos, Fundación MarViva aboga por un trabajo de unión entre municipalidades, empresa privada y ciudadanos. La necesidad de alianzas es aún más urgente al analizar el impacto de la contaminación en las zonas costeras y marinas.
Si bien Costa Rica tenía una noción de las deficiencias en su gestión de desechos, la Contraloría General de la República aportó mayor evidencia de esas carencias. En su reciente auditoría sobre la recolección de los residuos en los 81 cantones del país, el ente contralor concluyó que apenas el 1% de los desechos son recuperados de forma separada por parte de los municipios.
En su informe se detalló que en 23 gobiernos locales – casi la tercera parte – la cobertura del servicio municipal, es menor al 50% de las viviendas totales.
MarViva se suma a la voz de alerta y preocupación de la Contraloría, por las deficiencias en un tema vital para la salud de los ecosistemas marinos y costeros. Esto porque el 80% de la contaminación marina proviene de tierra firme, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Además en un reciente estudio realizado por MarViva, se mostró que en las municipalidades costeras, la recolección de desechos es aún menor. Por ejemplo en Nandayure el servicio llega al 19% de las viviendas. Resaltan excepciones en cantones como Carrillo de Guanacaste y Garabito de Puntarenas, donde la cobertura es cercana al 100%.
Por eso insistimos en la necesidad de impulsar políticas y líneas de trabajo, que unan a las autoridades municipales con la ciudadanía y que impliquen una participación activa de la empresa privada.
En Costa Rica, las municipalidades asumen el costo total de la recolección de los residuos ordinarios. En su artículo 42, la Ley para la Gestión Integral de Residuos Sólidos obliga, a quien produce o importa bienes que generarán residuos finales, a cumplir con ciertas responsabilidades. Dicha normativa ordena a esas empresas, entre otras cosas, a «mitigar o compensar su impacto ambiental»; establecer un programa efectivo de recuperación y reciclaje; adoptar un sistema de depósito, devolución y retorno para el consumidor; y establecer alianzas estratégicas con las municipalidades.
Sin embargo la implementación de esta Ley aún es lenta y no todos los sectores la han asumido. Alberto Quesada, del Departamento de Incidencia Política de MarViva, expresó que las empresas colocan productos en el mercado, muchas veces sin asumir responsabilidad por su impacto ambiental.
“A seis años de tener la Ley, ha sido casi nula la aplicación del principio de responsabilidad extendida del productor. El Ministerio de Salud debe declarar los residuos de ciertas producciones como de manejo especial y con ello trasladar la responsabilidad de su gestión a los productores o importadores. Pero más importante, las empresas deben tener una política clara de recuperación de residuos. No se trata de campañas de recolección ocasionales o donar una compactadora, es que asuman, en colaboración con las autoridades, la responsabilidad de los productos que colocan en el mercado. Quien contamina, paga”, afirmó Quesada.
Capacitación a municipalidades y llamado a las empresas
Desde el pasado viernes 26 de febrero, MarViva participa en capacitaciones organizadas por la Unión Nacional de Gobiernos Locales (UNGL), que reciben los recién electos alcaldes, vicealcaldes, regidores y síndicos. Las nuevas autoridades se forman en la gestión integral de residuos, de acuerdo a cómo lo dicta la Ley.
MarViva estará presente en cuatro sesiones de trabajo, hasta abril próximo. Un total de 720 funcionarios de 60 cantones, de las provincias de Puntarenas, Guanacaste, Heredia, Alajuela y San José, forman parte de las charlas.
El desarrollo de capacidades en la materia debe ser una tarea prioritaria para las autoridades del régimen municipal, junto con un mayor acercamiento a las empresas y la ciudadanía. Si bien el reciclaje es una actividad importante, su sostenibilidad financiera es difícil de alcanzar.
Por eso, varios países han optado por regular la producción y comercialización, y comienzan a enfocarse en evitar la generación de materiales. «Es un hecho que el reciclaje es importante, pero no suficiente. Necesitamos discutir y pensar cómo cambiamos no solo nuestros hábitos de consumo y de desecho, sino también de producción», aseguró Alberto Quesada.
La cobertura promedio del servicio en las 31 municipalidades del Gran Área Metropolitana (GAM) es de un 94%. En las 50 municipalidades ubicadas fuera del GAM es de un 54%.