Tras nueve horas de pedaleo, el doctor Andrés Salas Flores, médico del área de salud de Golfito, cumplió su misión: llegar a la vivienda de una pequeña aborigen de 10 años de edad, quien requería una valoración para recibir una pensión del Régimen No Contributivo.
Si el médico no hubiera tomado la decisión de tomar su bicicleta e ir en busca de la pequeña aborigen, quien pertenece al grupo Gnöbe en Punta Burica, posiblemente, el trámite se hubiera prolongado unos meses porque no estaba incluida en las giras programadas.
El doctor Salas Flores consideró que el caso era prioridad y exploró esa nueva forma de transporte. El 3 de octubre pasado, muy temprano, montó su bicicleta junto a los Asistentes Técnicos de Atención Integral en Salud (ataps), dos funcionarios muy conocidos en la zona, emprendieron la marcha para llegar hasta la casa de las pequeña Gnöbe.
Fueron 5 horas de pedaleo para llegar y 4 de regreso con poco equipo y el peligro latente de contar con menos de tres horas para salvar los 28.5 kilómetros donde el mar choca contra el risco.
Mientras viajaban, la geografía les mostraba a la derecha el mar, a la izquierda un risco de 60 metros y cada 6 kilómetros grutas de las cuales pueden abastecerse de agua previo examen de potabilidad.
Luego de salvar el riesgo de la playa, debieron escalar tres kilómetros montañosos con un ángulo de 75 grados cargando la bicicleta al hombro. Ya en el pueblo, un grupo de aborígenes hablaba en su lengua nativa, mientras reían y uno de ellos dijo: “nosotros sabíamos que en Costa Rica habían policletos pero ahora la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) tiene “medicletos”, mientras saludaban a sus amigos del área de salud.
El día anterior una joven de 15 años tuvo a su hijo por lo que aprovecharon para hacerle un reconocimiento general, registrar el nombre, dirección (algunos vienen de Panamá) y dejar todo listo para que hoy, 22 de octubre, el equipo ingrese con las vacunas y demás atenciones que requieren los lugareños.
El personal del área de salud de Golfito practica el ciclismo y hasta cuentan con un equipo conformado para representar a la CCSS en varias actividades deportivas lo que les brinda la condición física para acometer la aventura, refirió Salas impulsor de este estilo de vida saludable en su sede laboral.
Dijo que la mayoría vive a 24 kilómetros de la sede de trabajo y en verano, se desplaza a las 4: 30 de la madrugada en bicicleta para regresar a sus hogares a las 4: 30 de la tarde.