Llega una edad
En que con Dios se juega al escondite
En que aún de fiesta uno se siente triste
Pues no está en ellas la felicidad.
Llega una edad
En que comprendes lo que en sí anhelaste
En que depende de cuánto te esforzaste
El éxito que en tu vida pudiste alcanzar.
Llega una edad
En que la gente de correr se cansa
En que se mueren muchas esperanzas
Y entonces preferimos caminar.
Llega una edad
En que nos detenemos y hacia atrás miramos
En que de las mejillas con dolor secamos
Todo lo que nos impidió avanzar.
Llega una edad
En que de nuevo el gran reto emprendemos
En que sabemos que aún podemos
Lograr la meta propuesta al iniciar.
Llega una edad
En que a Dios consideramos nuestro aliado
Y reconocemos que lejos de su lado
No hay un buen rumbo hacia la eternidad.
Llega una edad
En que de veras sabes amar a la vida
Y te lamentas de toda hora perdida
En que a un ser querido no supiste amar.
Llega una edad
En que bien puedes reparar el daño
En que no esperas hasta el fin del año
Para darle un buen abrazo a la humanidad.
Llega una edad
En que correr ni caminar se puede
En que precisas lo que te conviene
Y a los demás deseas aconsejar.
Llega una edad
En que la vida te ha dicho muchas cosas
Lo cual quieres decir a las demás personas
Pero ya nadie te quiere escuchar.
Por eso hoy cree, salta, baila y canta
Alimenta todas tus esperanzas
Y esfuérzate para poder triunfar.
Al escondido con Dios no juegues
Pues ese juego ÉL nunca lo pierde
Más tú sí te lamentarás.
Ama a tu hermano así como a tu amigo
No te preocupes cómo vas vestido
Cuida tu lengua y ama de verdad
Abraza incluso al que te hizo daño
sin esperar hasta que finalice el año
pues el rencor solo trae enfermedad.
Viaja en avión, a caballo o en tren
y cuando te persigan debes disfrutar
pues siempre terminará haciéndote el bien.
quien originalmente te quiso hacer el mal.