El 25 de junio se cumplen 25 años de la muerte (en San José, 1988), de doña Lilia Ramos Valverde, escritora y Premio Nacional de Cultura Magón 1978. Como se verá más adelante, se le recuerda por muchas razones, especialmente porque toda su vida luchó contra la ignorancia, la pobreza y la muerte.
Esta destacada costarricense nació el 11 de noviembre de 1903, con el nombre original de Jacoba Ramos. Sin embargo, desde los cuatro años empezó a usar el nombre con el cual fue conocida.
Realizó sus estudios secundarios en el Colegio Superior de Señoritas, donde obtuvo el bachillerado en Humanidades en 1924. Su formación universitaria inició en Chile, cuando recibió una beca, en 1929, para estudiar en dicho país Filosofía y Letras, camino que antes habían recorrido Isaac Felipe Azofeifa y Carlos Monge Alfaro.
Poco después regresó a Costa Rica y viajó a Estados Unidos, donde estudió psicoterapia y se especializó en la enseñanza para ciegos. En 1954, asimismo, efectuó un viaje a Suiza donde asistió a los cursos de Jean Piaget.
La vida de Ramos fue fructífera, lo que se comprueba al saber que fue maestra normal, tiflóloga, auxiliar de psiquiatría, profesora de literatura infantil, editora, cuentista y conferencista.
Fue una mujer visionaria, pues fundó la primera escuela para padres en Costa Rica, ya que estimaba que la educación de los hijos debe de empezar con los padres, e innovó la formación de adolescentes al hacer de la sexualidad tema de discusión.
Plasmó sus ideas en una obra ensayística que giró alrededor de tres temas: la educación infantil, la psicología y la psiquiatría. Además, hizo carrera como cuentista y basó sus obras en el folclor, los mitos y los cuentos de hadas europeos.
En el mundo cultural también se recuerda a doña Lilia Ramos como organizadora de tertulias para discutir poesía, prosa, arte y ciencias sociales. Adicionalmente, fue cofundadora de la Asociación de Autores de Costa Rica, presidente de la Editorial Costa Rica -desde sus inicios hasta 1966-, presidente Honoraria Vitalicia de la Sociedad Latinoamérica de Escritores y presidente de la Federación de Asociaciones de Escritores Centroamericanos.
A esto se suma su quehacer como jefe de publicaciones del Ministerio de Educación Pública, editora de la revista Pórtico y fundadora de la Colección Élite. En el campo internacional, fue representante del Centro Internacional Estudios Pedagógicos de la Universidad de París y delegada del International Board of Books for Young People, en Viena.
Algunas de sus publicaciones son: Hombre en el hogar, Almófar, hidalgo y aventurero, Diez cuentos para ti, Donde renace la esperanza, Si su hijito…, Mensaje en la claridad inefable, Cuentos de Nausicaa y las antologías Los premios Nobel, La voz enternecida y Júbilo y pena del recuerdo.