Alejandra es una persona joven, tiene 34 años de edad, y a pesar de su juventud se siente cansada, frustrada y molesta porque ha intentado de muchas formas perder peso y no lo logra, según su médico tiene 8 kilos de sobrepeso. Ya intentó muchas dietas, práctica ejercicio y cree comer de forma saludable, sin embargo, la balanza no se mueve y no logra conseguir su objetivo.
El caso de Alejandra es muy común, y es que entender la obesidad como una enfermedad crónica, compleja y multifactorial es la clave para tratar esta condición de la manera más efectiva, ya que requiere de un tratamiento médico a largo plazo1 que combine al menos cuatro factores como lo son: la nutrición, el ejercicio, el factor psicológico y los tratamientos farmacológicos. Existe una ciencia compleja y desconocida acerca de lo que significa vivir bajo las limitaciones de la obesidad2,3.
El Dr. Victor Nolasco, Gerente Médico de Novo Nordisk CLAT, indica que más allá de las características físicas evidentes que tiene esta enfermedad, es importante reconocer que, para abordar esta condición, se necesita una combinación de diversos tratamientos médicos3 supervisados por un profesional de la salud ya que es el único que podrá indicar el plan adecuado dependiendo de la necesidad y antecedentes del paciente.
“Hay muchas personas que, a pesar de hacer ejercicio, e intentar tener un régimen de alimentación adecuada no logran tener un peso saludable, y justamente es porque en esta enfermedad intervienen otros factores que únicamente un profesional de la salud
especializado en su tratamiento puede atender”
Una persona que vive con obesidad debe cuidar su alimentación, incluir el consumo de frutas, verduras y cereales integrales, disminuir el consumo de sal y también de bebidas alcohólicas4, beber al menos 1.5 litros de agua diarios y cocinar con procedimientos bajos en grasa, pero esto no es suficiente si no tiene un control médico que evalúe
las razones de su padecimiento y las implicaciones que éste tiene”, mencionó Nolasco.
En cuanto al ejercicio, este resulta fundamental para el tratamiento de la obesidad, ya que la actividad física previene enfermedades cardiovasculares, mejora la presión arterial y la capacitación respiratoria, así como también impacta positivamente a nivel psicológico, mediante la mejora de la autoestima y el control de la ansiedad.4
En muchos pacientes el factor psicológico es clave en el padecimiento de obesidad y sobrepeso, ya que la obesidad se asocia usualmente a problemas como depresión, ansiedad y otras afecciones5.
Por esto, se recomienda incluir dentro del tratamiento, la terapia y acompañamiento psicológico para ayudar a los pacientes a atender los aspectos emocionales6 durante el proceso.
Para finalizar, Nolasco resaltó la importancia de acompañar el tratamiento integral con medicina farmacológica para que, complementado a estos factores mencionados anteriormente, resulte efectivo. Es importante mencionar que el medicamento que se utilice debe ser analizado y aprobado por un profesional de la salud y además que el paciente debe tener una supervisión minuciosa durante el proceso7.