Julio Revolledo Cárdenas, descendiente del “Circo Hermanos Suárez”, lo que lo vinculó desde su niñez al arte circense, atendió la inquietud de grupos de circo costarricenses para encontrar espacios donde se pueda aprender, escuchar y practicar su arte.
El artista, escritor e historiador comenta que la razón de su presencia, aparte de ser un primer acercamiento a los proyectos del Parque La Libertad (PPL) en cuanto a la creación de una escuela de Teatro, Danza y Circo en Costa Rica, se debe a que mundialmente, el circo busca profesionalizarse cada vez más, por lo que requiere una mayor conciencia histórica, para establecer una terminología y una teoría general del arte circense, ya que producir las risas son una actividad seria.
De esta manera, el mexicano impartió un taller del 21 al 25 de enero en el auditorio del Museo Calderón Guardia, que trató sobre la gestación del circo, las diferentes facetas que lo componen y su evolución a lo largo de la historia.
Revolledo es director de la licenciatura en Artes Circenses, la única que existe en todo Iberoamérica y que se imparte en la Universidad Mesoamericana en Puebla, México. Al mismo tiempo, trabaja para el departamento de audiciones del Cirque du Soleil (Circo del Sol), donde canaliza artistas latinoamericanos.
A continuación un extracto de la conversación con Julio Alberto Revolledo Cárdenas:
-¿Por qué impartir un taller de circo en este momento en el país?
Desde hace mucho tiempo está la idea de llevar el circo a la academia, esto puede sonar un poco novedoso, pero no es así en China, Francia o Rusia, países de una gran tradición circense, cuyos estados han dado un impulso a la actividad. En Rusia, por ejemplo, existen aproximadamente 1200 circos y más de 1000 escuelas.
Para ser artista de circo profesional se debe estudiar como cualquier otra carrera, como estudia un actor o un bailarín. El artista circense tiene que tener una formación escénica, no solamente cubrir las especialidades que son propias del circo.
El circo ha sido arte toda su vida, desde sus inicios, nació como acto multidisciplinario, no se puede tener al circo sin la danza o sin el teatro. En la actualidad los jóvenes quieren estudiar circo, como quien quiere estudiar o interpretar un instrumento musical. Este no es un fenómeno solo de Costa Rica o América Latina, es un fenómeno universal.
-¿Es el circo un buen negocio para los ticos?
A veces se tiene la sensación de que la gente que se dedica al circo son personas que no tuvieron oportunidad de hacer otra cosa en la vida. Es una concepción errónea; si no, seis generaciones de mi familia estarían equivocadas. El Circo lo disfrutan niños de 5 a 99 años de edad.
El circo no es solamente un espectáculo muy bello que llena, genera alegría e integra el círculo familiar. El circo tiene un discurso que se abre a todos los miembros de la familia, probablemente es el arte más abierto de todas las edades. Existe mucho circo de tipo social, pero he previsto que es importante la parte social, pero que no olvidemos los altos niveles de la educación artística.
En los espectáculos siempre están reflejadas la relación del hombre y su cotidianidad; es decir, desde el trabajo corporal y el trabajo con objetos, y cómo se le reasignan valor a esos objetos. El discurso siempre está manejado sobre los límites de la naturaleza humana.
-¿Cómo demostrar que el circo es una profesión?
Costa Rica, Panamá y Venezuela son de los pocos países en América Latina que no tienen una tradición circense como Perú, Chile y el resto de países. El circo es una actividad real, cuya función es divertir.
En Costa Rica no existe tradición, pero se tiene un enorme gusto por lo circense. Se le debe ver un lado positivo, que permite evolucionar el concepto de circo. A mí me tocó en Canadá, donde ocho de cada diez personas, no habían visto otro circo que fuese el Circo “Soleil”. Hace 10 años posiblemente nadie había visto nada.
Es un fenómeno interesante, Canadá ahora tiene una de las mejores escuelas en el mundo y logran establecer al circo como la mejor expresión de arte de ese país. ¿Cómo se puede lograr? Con una decisión estatal, proyectos y políticas culturales que digan vamos a darle al arte el lugar que le corresponde. Así como también lo hizo ese país norteamericano.
Se ha comprobado que las disciplinas del circo, como la práctica de malabares de forma colectiva, genera un equilibrio en el cerebro, produce felicidad, por lo que el Ministerio de Cultura francés estableció los malabares como una materia obligatoria en todas las escuelas primarias. En Cuba y Rusia si no se ha ido a una escuela no puede pisar la pista, eso habla de una seriedad educacional.
-En la formación de un profesional circense ¿Debe primero alcanzarse el desarrollo en arte escénico o danza?
No coloco al circo por encima de esas artes, pero sí. Por una simple y sencilla razón, porque el circo es más arriesgado; en el circo el discurso se monta entre la vida y la muerte, además del discurso artístico.
Para ser artista se debe ser un poco loco, ¿Cuántos años se lleva un saxofonista para manipular correctamente su instrumento?, toda su vida. Es igual en el circo, pero puede ser que a pesar de los años, un día el trapecio se suelte.
El circo entró a las academias en 1927, tardío, comparado al teatro o la danza. Como el nomadismo es otro tópico de la formación, que viene de la vinculación con el ser humano ancestral, es la búsqueda de nuevos públicos, de nuevos espacios. Llevar mi arte, comunicarlo, vivir de ello, pasar el sombrero, al arte callejero.
-¿Cómo es el proceso para ingresar al Cirque du Soleil?
Se trata de asombrar al público, de hacer cosas extraordinarias. Lo importante que se tiene que entender es que un acto es la suma de siete u ocho ejercicios, pero extraordinarios. Ese es un proceso formativo que puede llevar por lo menos cinco años de construir un acto de mínima calidad y bajo nivel técnico.
El proceso inicia cuando el Circo tiene un concepto dramatúrgico concreto para un acto que se crea; y me dicen, “necesitamos aquí algo aéreo”, por ejemplo, porque en esa parte, es la técnica que se puede transmitir o lo que queremos. Así que normalmente, solicitamos un curriculum vitae, de cada artista, su trayectoria, pero sobre todo un video, donde nos digan este es mi acto. Siempre tiene que ser un acto, una disciplina. Cuando tú logras transformar al público, producirle sensaciones, hacer que revienten los aplausos, ese es el acto que se busca. A veces, no forzosamente implica un conocimiento técnico demasiado profundo, más es el cómo se presenta, la parte escénica, la creatividad, aunque el Cirque du Soleil sí pide altos niveles técnicos.
-¿Cuál es el mensaje para la juventud y los artistas emergentes interesados en el arte circense?
Hagan lo que quieran, la vida es demasiado corta. Antiguamente la gente practicaba diferentes manifestaciones artísticas y deportivas por hambre, hoy eso ya no existe. Hay muchas familias estables por generaciones que no se mueren de hambre y precisamente son los hijos de esos los que deciden rechazar una oficina y que quieren andar por los caminos del mundo, mostrando su arte. La realidad virtual nos está matando y buscar que es capaz de hacer el ser humano, que es capaz de transmitir para llegar al alma de otro ser humano, no perdamos los sueño.