El cáncer de mama ocupa el segundo lugar de cáncer más común alrededor del mundo. Cada año, más de 500.000 mujeres mueren por esta causa y se estima que cada dos segundos una mujer es diagnosticada con este padecimiento, de acuerdo con las estadísticas del Observatorio Global de Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos datos son inclusive más alarmantes en los países menos desarrollados, donde este cáncer es la principal causa de muerte.
En el caso de Costa Rica, según la OMS, al año 2018 se registraron 1.501 casos y una mortalidad de 428 pacientes. Esto significa que de cada 10 mujeres diagnosticadas, 3 no logran sobrevivir.
Por esta razón, las empresas agremiadas a la Federación Centroamericana y del Caribe de Laboratorios Farmacéuticos (Fedefarma), desde sus áreas de Investigación y Desarrollo, han volcado todos sus esfuerzos para entender esta enfermedad y así encontrar la forma de realizar un diagnóstico y tratamiento especializado, que le permita al paciente tener una mejor respuesta, y así elevar la sobrevida , disminuyendo las tasas de mortalidad.
“El cáncer de mama es muy complejo y nuestro reto como industria ha sido llegar al entendimiento de la enfermedad. Antes el error era pensar que el cáncer era un padecimiento por sí solo; sin embargo, hoy en día sabemos que éste se divide en varios subtipos y que cada uno puede y debe tratarse con su terapia específica”, explica Vanessa Campos, directora médica de Roche.
El análisis y comprensión del cáncer así como su origen multifactorial, se ha convertido en el pilar para encaminar a la industria hacia el desarrollo de terapias cada vez más especializadas; y como los investigadores reafirman, dichos avances se han logrado a través de los estudios clínicos.
“La investigación clínica se convierte en el gran aliado que ha permitido determinar cuáles pueden ser aquellas terapias innovadoras a las que el paciente puede reaccionar de forma positiva. Una situación que reafirma la necesidad de que nuestros sistemas de salud canalicen sus esfuerzos hacia esta práctica, que va a permitir a los pacientes acceder a terapias cada vez más novedosas, seguras y efectivas”, dice Victoria Brenes, Directora Ejecutiva de Fedefarma.
Gracias a los estudios, actualmente la industria ha identificado tres subtipos de cáncer de mama: el de receptores hormonales positivos, que es el más común y es tratado con agentes hormonales e inhibidores; también está el Hers2, que es cuando esta proteína sobresale de la célula. Este subtipo es posible tratarlo con quimioterapia o bien con terapias dirigidas antiHers2.
“El último es el subtipo triple negativo, que representa el 15% de los casos y es el nicho donde hay peor pronóstico; pero también donde más se ha logrado innovar porque antes se trataba con quimioterapia, pero ahora contamos con la inmunoterapia que busca que sea el mismo sistema inmunológico el que se encargue de destruir el tumor mediante la reactivación de anticuerpos”, agrega Campos.
De acuerdo con la especialista, gracias a estos avances médicos, se ha dejado de decir “éste es el tratamiento contra el cáncer”, para en su lugar expresar “éste es el tratamiento para este paciente que tiene un cáncer con este origen y con estas características genéticas”.
Detección temprana
Fedefarma hace un llamado a la población a cumplir con el control médico recomendado para la detección temprana del cáncer, ya que es un padecimiento que se puede prevenir o tratar a tiempo.
“Si bien el autoexamen es una práctica que se recomienda para conocer las mamas y así notar cambios específicos, es importante que las mujeres, al llegar a los 45 años, acudan al especialista a realizarse de manera periódica la mamografía y el ultrasonido”, recomienda la representante de Fedefarma.
Así mismo, Fedefarma recuerda a las pacientes que han sido diagnosticadas con cáncer de mama, cumplir con el control terapéutico que es crítico para la efectividad del tratamiento y resultados positivos.