La licenciada en arquitectura Ileana Vives Luque, cumplió el pasado 16 de abril un año al frente del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural (CICPC), programa del Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) encargado de salvaguardar el patrimonio urbanístico arquitectónico, así como las principales expresiones tradicionales y de cultura popular, todo esto con la finalidad de fortalecer la identidad nacional.
Además de su formación como arquitecta, la directora de Patrimonio acumula una vasta experiencia de tres décadas como docente en el Instituto Tecnológico de Costa Rica, la Universidad Veritas y la Universidad Latina.
Esta funcionaria del MCJ también trabajó por seis años en el Sistema Nacional de Bibliotecas (Sinabi) del MCJ y durante dos años en el Centro de Investigaciones Históricas de América Latina.
Es co-autora de las publicaciones: “Historia de la Arquitectura en Costa Rica” (1998), Fundación Banco Central de Costa Rica, considerada una de las publicaciones pioneras en la historiografía de la cultura; así como de “Iglesias del Valle Central” (2002) y “Escazú y su patrimonio arquitectónico” (2006), publicaciones del Centro de Patrimonio del MCJ, entre otras más.
Vives recibió cursos de maestría en Historia en la Universidad de Costa Rica y capacitaciones en Gestión del Patrimonio en Comunidades, en México; Bio-deterioro del Patrimonio Cultural, en Colombia; así como en Elaboración de Inventarios de Edificios con Valor Histórico-Arquitectónico, en la Escuela de Arquitectura de la Habana, Cuba; Patrimonio Cultural y Accesibilidad, en Guatemala; y recientemente, Gestión de Centros Históricos, en Francia.
En momentos en que el patrimonio histórico-arquitectónico del país toma relevancia y es un tema que se discute actualmente, conversamos con Vives sobre su impacto. En adelante la entrevista.
– ¿Qué relación existe entre cultura y arquitectura y por qué se considera como patrimonio cultural una obra arquitectónica determinada?
La arquitectura es una producción de la sociedad, al igual que la música, la literatura, la danza, las tradiciones y otras manifestaciones.
Existe la cultura tangible e intangible; la arquitectura es parte de la producción tangible de la sociedad, como tal, es una de las manifestaciones sustantivas de un grupo humano en un tiempo y un espacio.
Es la misma sociedad la que juzga si un edificio tiene o no los méritos y valores para representarla, corresponde a una asociación de valores y significados que tienen que ver con memoria, identidades, reconocimiento de un grupo en un tiempo y un espacio, entonces, solo algunas edificaciones muy puntuales tendrán este reconocimiento.
No es solo una labor de una élite de especialistas que determinen tecnologías y materiales especiales de construcción o aspectos de orden histórico, sino que los valores y simbolismos que le dé la sociedad también cuentan.
– ¿Por qué se considera que la preservación del patrimonio histórico-arquitectónico es un asunto de interés público?
El patrimonio cultural tiene la misma consideración que el patrimonio natural. Por principio legal, que ya el país ha incorporado, el individuo tiene derecho a desarrollarse en un ambiente equilibrado que lo conforman el ámbito cultural, que es lo que la sociedad produce y el ámbito natural. Si no existe ese equilibrio se afectan negativamente el individuo y la comunidad en general.
El patrimonio, específicamente dentro de lo que es la producción cultural, se refiere a aquellos valores relevantes que dan identidad y lo refieren a la memoria colectiva de donde proviene. Una persona sin identidad, sin arraigo, es una persona sin valores; el patrimonio cultural nutre estos valores.
– ¿Por qué el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) dice que el deterioro de un bien patrimonial no solo afecta a la nación donde se ubica ese bien, sino también “a todos los pueblos del mundo”?
Porque la cultura es un encadenamiento, no se restringe a una localidad geográfica delimitada políticamente. Formamos parte de un tejido social, entonces, cualquier daño que se le haga a este tejido nos afecta a todos, porque sería una alteración que se puede extender y debilitar toda la tela. Al igual que con el ambiente, cuando se contamina un río o se quema un bosque, no es un daño puntual, sino general. Cualquier daño que se haga a la memoria y a la identidad tiene un efecto de repercusión a nivel regional, continental y mundial porque el encadenamiento de la cultura es uno y estaríamos generando una contaminación del tejido, por decirlo de ese modo.
– ¿Cómo considera el nivel de educación y conciencia de los costarricenses sobre la importancia de preservar el patrimonio?
Muy débil, hemos llegado a la conclusión que a pesar de los esfuerzos hechos en educación y divulgación, es muy poco lo que se ha logrado. Si pregunta a un transeúnte verá que lo común es que tenga una opinión muy desinformada y raquítica de lo que es el patrimonio y por qué es importante. Esto no sucede en otras latitudes donde la gente crece nutriéndose del tema y aporta conscientemente al patrimonio; aquí la gente hace un aporte significativo sin percatarse de lo que está sucediendo. Si lográramos mayor conocimiento de las manifestaciones del patrimonio tangible e intangible que nos rodea, esto generaría más conciencia y compromiso.
– ¿Qué se requiere para lograr una mayor conciencia del ciudadano en el tema de preservación del patrimonio?
Hace falta mayor apoyo del Ministerio de Educación Pública e introducir este tema en los programas de Educación Cívica para que se enseñe realmente con pasión y de una forma nutrida.
Nos identifican más como restauradores de edificios, que es lo que se ve, que como educadores y difusores, pero esto es tan sustantivo como restaurar, porque hemos rehabilitado edificios y ante la falta de cultura patrimonial en un década están igual a como los encontramos antes de la intervención y hay que volverlo a hacer, ejemplos de estos sobran.
- EL DETALLE
- Según información que maneja el Centro de Patrimonio en su página oficial -www.patrimonio.go.cr-, el país cuenta con un total de 368 bienes con declaratoria patrimonial o de interés cultural; de estos, 316 corresponden a construcciones.
- La provincia con mayor cantidad de edificaciones patrimoniales; 137 construcciones (43 %), es San José, le siguen: Cartago con 50, Heredia con 33, Alajuela con 32, Guanacaste con 25, Limón con 22 y Puntarenas con 17 construcciones.