Mediante un comunicado emitido hoy en horas de la tarde por parte de la Oficina de Comunicación de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, los Obispos de Costa Rica solicitan a todos los sacerdotes y fieles de la Iglesia colaborar con las autoridades en su función de ayudar a los ciudadanos que se puedan ver afectados por el inminente ingreso del huracán Otto al país.
Ante la alerta roja declarada por el Gobierno de la República para varias zonas del país, los obispos católicos hacen un llamado en primera instancia para que las diferentes parroquias puedan “estar muy atentos a las informaciones provenientes del Gobierno de la República, en general, y la Comisión Nacional de Emergencias, en particular, así como a acatar sus disposiciones para prevenir, mitigar y responder a los daños que pueda provocar el huracán Otto”.
De igual manera, señalan que se debe “tener toda la disposición para colaborar con las autoridades públicas en las medidas de mitigación y de respuesta ante el fenómeno hidrometeorológico que nos afecta. Pongamos todo nuestro empeño en salvar vidas. Asimismo, tengamos disponibilidad para facilitar nuestras instalaciones eclesiales para el posible albergue de personas que deban ser evacuadas.
Finalmente, reza el comunicado oficial de la Conferencia Episcopal de Costa Rica que “dado que muchas familias en situación de vulnerabilidad socioeconómica han experimentado en los días pasados la pérdida de bienes, el deterioro de sus viviendas y el daño o la pérdida de sus cultivos, y que muchas otras posiblemente enfrenten en los próximos días situaciones parecidas, preparémonos para tenderles la mano en su recuperación de estas situaciones dolorosas. En su momento haremos un llamado a todo el Pueblo de Dios para concretar esta solidaridad”.
“Unidos en la oración y la confianza en el Dios que nutre nuestra solidaridad con las personas más vulnerables, en nombre de todos los Obispos de Costa Rica”, agrega boletín firmado por Mons. Óscar Fernández Guillén, Obispo diocesano de Puntarenas y Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica; así como Mons. Ángel San Casimiro Fernández, Obispo diocesano de Alajuela y Secretario de la Conferencia Episcopal de Costa Rica.