Guanacaste y Limón reciben una importante inversión en cuanto a la incorporación de estaciones de Guardacostas, pues en Tortuguero (Pococí de Limón) se invirtieron más de ¢90 millones; mientras en Murciélago, cantón de La Cruz, se tiene prevista una nueva infraestructura para la estación de Flamingo (Santa Cruz), con un costo de $1.250.000 aportados por el gobierno de Estados Unidos.
“Con esto vamos a mejorar la capacidad de cobertura y operaciones en Guanacaste y, además, este año vamos a procurar incorporar dos buques interceptores más a la flota de seis buques que ya tenemos con capacidad de desarrollar en mar más de 80 kilómetros por hora, lo cual nos está dando réditos importantes en la lucha contra el narcotráfico y creemos que ahora vamos a sumar también la lucha contra la pesca ilegal y la defensa de nuestros recursos naturales”, adelanta Mario Zamora, Ministro de Seguridad.
La inversión país en el Servicio Nacional de Guardacostas es de suma importancia para reforzar las funciones de combate al narcotráfico, la lucha contra la delincuencia común y el mantenimiento del orden público en aguas jurisdiccionales, además de la protección de la biodiversidad en los ecosistemas costeros y marinos.
“Desde julio del año pasado llevamos más de cinco toneladas de cocaína incautadas y más de 20 embarcaciones decomisadas, pero también trabajamos mucho por la seguridad marítima de nuestra gente de mar, por nuestros pescadores, los asesoramos, los ayudamos a crear una cultura de mar en un oficio tan peligroso como ese”, aclara Martín Arias, director del Servicio Nacional de Guardacostas, quien asimismo explicó que Costa Rica es el país centroamericano de mayor extensión si se toma en cuentan la totalidad de sus mares.
El Servicio Nacional de Guardacostas celebró este año (junio) su 12 aniversario, y según datos del Ministerio de Seguridad contabiliza ya más de 30 toneladas de cocaína decomisadas, lo que significa $500 millones menos en las calles para los narcotraficantes. En otrora este cuerpo policial existía con el nombre de Servicio de Vigilancia Marítima, empero tras la promulgación de la Ley 8000, en mayo del año 2000, pasó a denominarse Servicio Nacional de Guardacostas, y las antiguas bases navales pasaron a ser estaciones, lo que le dio también una connotación más civilista.