Los esfuerzos por proteger el Refugio Nacional de Vida Silvestre Caño Negro sigue en el país gracias al accionar de la Fuerza Pública en conjunto con ambientalistas y guardaparques, quienes pretenden frenar matanzas de caimanes y pesca con trasmallos, entre otras amenazas presentes en el refugio.
Por tal motivo, durante la semana pasada se realizaron operativos conjuntos para evitar la destrucción de la biodiversidad que encierra Caño Negro, dada su trascendencia desde el punto de vista ambiental, turístico, social y económico tanto para la zona norte como para el país.
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El reto de conservar este humedal, protegido por la Convención Internacional Ramsar, si bien es una ardua tarea durante todo el año, la lucha se hace aún mayor durante esta temporada, pues incluso con la llegada de la Semana Santa se acrecientan los problemas en el refugio, debido a las prácticas insostenibles por parte de algunos turistas y lugareños.
Así, por ejemplo, algunos visitantes contaminan el refugio al arrojar todo tipo de desechos en las orillas y aún dentro del agua de ríos y lagunas.
Otro de los problemas que se busca controlar es la matanza de caimanes, pues algunos inescrupulosos que ingresan al refugio lo hacen con el único fin de cazar estos reptiles. Además, otras personas utilizan artes de pesca no permitidas como el trasmallo, las cuales son altamente destructivas de especies de peces como el Gaspar, con respecto al cual rige una veda que busca evitar su pesca mediante cualquier técnica desde el presente mes de marzo y hasta el 31 de agosto.
Aunque el caimán y el pez Gaspar son tan solo algunos de los animales más amenazados de este refugio, las labores también se centran en proteger muchas otras formas de vida que encuentran su hogar en las casi 10 mil hectáreas que comprende Caño Negro.