Claudia Reyes Toledo, gestora de proyectos culturales y editoriales, quien tuvo a cargo la coordinación de los espacios infantiles de la XV Feria Internacional del Libro 2014, afirma que se lleva una grata impresión de los talleres y los públicos que participaron con ella en Costa Rica. Agrega que es notorio que hacen falta mayores espacios en los que se propicie el fomento a la lectura de una manera más integral.
Los talleres impartidos por Reyes, que se denominaron “Tipos ilustrados”, porque se trabajan por medio de juegos e ilustraciones, involucró a personas que aunque no están directamente relacionadas con el mundo editorial, sí son lectores, que de manera voluntaria y en equipo, idearon formas para aproximar a los niños a la lectura, desde diferentes actividades, no propiamente con un libro en la mano.
Reyes afirma que “cuando un niño está empezando a identificarse como individuo, actúa, cuenta historias que son fantásticas, con súper héroes y súper poderes. Es un acto dramático, que sustenta la tradición oral de contar historias, que luego consumimos de manera escrita cuando ya sabemos leer”.
-¿Cuáles son las técnicas que utiliza para fomentar hábitos de lectura en los niños?
Más que técnicas, es el considerar la lectura en un sentido más amplio, como una práctica cultural que nos es cotidiana y contra la que se nos vacuna un poco cuando pasamos por la escuela. Es una experiencia integral, en la que a través de diferentes disciplinas como las artes escénicas, visuales o plásticas, con un texto o libro como eje para tener el pretexto y hacer este tipo de práctica un poco más integral.
-¿Por qué pareciera que la lectura se da más fácilmente en otros países y no tanto así en Latinoamérica?
Hay varias consideraciones que son malos entendidos. Los países latinoamericanos nos sentimos muy culpables por no leer, sin saber muy bien por qué. La lectura es considerada un foco de élite y la gente se siente especialmente bien cuando en su casa hay tradición de lectura.
Pero eso hace que la lectura se considere una suerte de gusto muy particular, lejano a la práctica común. No se compara con prácticas culturales como ir al cine, al teatro o reunirse en torno a algo que guste de hacerse en grupo.
-Uno pensaría que la lectura es algo individual ¿Cómo se puede ilustrar esa colectividad?
No es algo individual. No niego la experiencia estética individual de ir encontrando los autores o los géneros literarios que a uno le gusten, o hablemos de la lectura académica que cada quien deba realizar. Pero aunque el ejercicio estético del placer de la lectura es uno, también hay una experiencia que se comparte a través de la palabra. Por ejemplo, cuando somos pequeños y no sabemos leer, inclusive cuando aún estamos aprendiendo a identificar palabras, lo que hacen los mayores es contarnos historias, que luego nosotros mismos contamos a otros niños.
Aunque la lectura no es concebida como una práctica colectiva, también lo es. Porque un libro se lee y se disfruta de manera individual, pero también se comenta, se recomienda y hasta se lee en voz alta, en el caso del teatro, por ejemplo.
-¿Qué tan importante es el espacio y el ambiente para el éxito de la lectura en los más jóvenes?
Creo que las ferias son grandes plataformas para incluir y explorar sobre diferentes formas de aproximación. Que la intención de una feria no sea exclusivamente vender libros, sino que se complemente con otras actividades que reúne a varios actores en torno a la feria y para abrir espacio a todos los públicos.
-¿Qué tal la experiencia con los públicos de Costa Rica?
Además de ver que es un espacio que hacía falta, la experiencia de intercambio entre los talleristas y los niños, fue increíble. Por ejemplo, el primer taller lo pensamos exclusivamente para que los participantes dibujaran la mascota de uno de los talleristas, en el que al final se les enseñaría una técnica más atinada para dibujar un perro.
Pero además de eso, se convirtió en un intercambio de experiencias sobre sus mascotas. Al final uno de los niños, sin tener una instrucción específica, hasta hizo un manual para tener perros, y los demás hicieron historias a partir de las experiencias que compartieron. En otro de los talleres, a partir de las artes escénicas, con ejercicios de calentamiento se motivó para que los participantes dibujaran con todo su cuerpo. Los niños estaban encantados de la vida.
Entonces vemos que más que jugar por jugar, se trata de explorar, a través de la experiencia lúdica, otros resultados.
-¿Cómo el hecho de inculcar el gusto por la lectura en los niños, generaría adultos lectores?
Es como todas las prácticas culturales en general. Cuando una orquesta de cámara visita una escuela, toca y hace presentación de los instrumentos, te quedas maravillado con el contrabajo, por ejemplo. Eso ayuda a armar un abanico de opciones para la persona, tal como lo hace la lectura, y también el cine, la música y el teatro. Es el fortalecimiento de identidades a partir de esos referentes, en una edad en la que estas como una esponja.
Esto no es una experiencia aislada, es toda una cadena porque si en espacios como estos, el bibliotecario ve las reacciones positivas de los participantes, probablemente tenga la sensibilidad de recomendar esos libros y enriquecer sus acervos; y esto es parte de una cadena que lo conecta con un librero, y a este con el autor, y al autor con el editor y a ese con el ilustrador. Eso genera cambios en la industria que tiene mucha parte creativa por desarrollar.
-¿Qué se le recomienda a la familia para incentivar la lectura en sus hijos?
Perderle el miedo, porque de todas las prácticas culturales, contra la que nos han marginado más, es contra la lectura. Automáticamente un padre de familia se cuelga el gafete de que como no es lector no tiene nada que recomendarle a su hijo. Pero quien compra los libros a los niños y niñas son los padres.
También hay ciertos aspectos que deberían existir como parte de esa red que soporta el fomento, una biblioteca en el barrio o en la escuela, el mismo proceso de la lectura para reunirse y luego acabar comentando otras cosas. Es algo más cotidiano, natural y placentero.
-¿Qué oportunidades y qué retos presentan las nuevas tecnologías para el fomento de la lectura?
Todas las oportunidades. El formato digital es un formato alternativo de lectura. No sustituye, por el contrario complementa, porque además la experiencia es completamente diferente a la del libro. Estamos hablando de un tipo de lectura que permite un hipervínculo inmediato y prácticamente infinito, donde desde el mismo dispositivo se tiene acceso a una gran cantidad de información.
Hay más opciones en formato digital que tienen que ver con lectura de las que creemos, por ejemplo, el soporte de un videojuego. Los mejores videojuegos tienen las mejores historias escritas a nivel de guión para que sean un éxito, esos videojuegos que son ultracreativos, también ofrecen la opción de jugar en red.
La red es un espacio público, como se accede a ese espacio público y qué transita por ese espacio, debe ser la gran reflexión. Y aunque hay más elementos para reflexionar, son más los retos por emprender que el miedo o la resistencia.
ELLA ES CLAUDIA REYES:
- Licenciada en Artes Visuales por la Universidad de Guadalajara y maestra en museos por la Universidad Iberoamericana.
- Coordinadora de programación y subdirectora del Centro Cultural de España en México durante siete años.
- Además, directora de promoción editorial y fomento a la lectura de la Dirección General de Publicaciones entre 2011 y 2013.
- Actualmente es colaboradora de De finibus, A.C., Agencia cultural y de Proyectos editoriales.