Ha visto los acontecimientos más impactantes del país. Terremotos, reelección presidencial, eclipse total solar, la visita del Papa Juan Pablo II, la del ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton, vivió la guerra civil de 1948 y todos los episodios de una Costa Rica cambiante con el pasar de los años.
Alberto Rodríguez Retana, conocido como “Beto”, es un puriscaleño de 97 años de edad. Vive en la humilde comunidad de Grifo Alto y en la vida hizo de agricultor, ganadero, padre, abuelo, bisabuelo, tatarabuelo, esposo en tres matrimonios católicos. Para “don Beto” los valores familiares son esenciales tanto en lo personal como social.
“Antes yo ganada dos colones a la semana y con eso ayudaba a mi padre, aun así vivíamos en paz. Siempre me esforcé por sacar adelante a mis padres”.
Nueve décadas después de nacer conserva ese interés por lo espiritual sobre lo material. “Dios es todo, sin Él difícilmente salgamos adelante en la vida. Dios es el dueño de todo lo que hay en este mundo”. No es para menos tal afirmación, pues para poder sacar adelante a sus siete hijos (cuatro hombres y tres mujeres) trabajó tanto en la tierra como en el mar, pues igual sembró arroz, como crío ganado y produjo sal.
“Hoy me doy cuenta que traté de darle todo a mis hijos, trabajé día y noche, ¡y a la brava!; porque nunca me di por menos, pero nada hubiera sido posible sin la mano de Dios, eso sí lo entiendo ahora más que antes”.
Sostiene que en ocasiones “está cansado”, por eso la parte “espiritual llena ese vacío y cansancio tras un largo caminar”, y en el ocaso de la vida prefiere sonreír con su guitarra entre las manos y el amor de su tercera esposa (doña Vina).
“El amor es lo que mueve al ser humano. Yo me he casado tres veces por la santa iglesia católica y no tengo queja, las tres mujeres que he tenido han sido buenísimas y yo las he amado porque mi corazón es tan grande que vieras que hasta cabe otra más”, asegura con una sonrisa poderosa y un sentido del humor envidiable, porque sí, nunca ha dejado de sonreír a pesar de las dificultades del peregrinar.
“El secreto es ser alegre”, agrega ante la consulta de cómo hacer para vivir casi un siglo. “Hay que mantener el alma y el espíritu alegre, en la vida todo pasa”.
Actualmente expectativa de vida en Costa Rica ronda los 76 años de edad, sin embargo, Alberto, un ser humano como usted y como yo, demuestra que la estadística se equivoca con quienes saben vivir a plenitud.
“Acostarse y levantarse temprano es muy bueno, además de no fumar ni tomar guaro, los vicios nada dejan, yo esas ‘carajadas’ a nadie se las recomiendo”.
Alberto finaliza confirmando que “este siempre ha sido un país bendecido por Dios”, además ofrece su testimonio a toda aquella persona que le visita para hacer viajes constantes al pasado, pero con parada obligatoria en el presente, en el cual Alberto todavía confía que mejore para “bienestar de las nuevas generaciones”.