Costa Rica desde el 2011 lidera un grupo de trabajo en el marco del Codex Alimentarius, que busca armonizar la información que deben presentar las autoridades competentes de los países exportadores, en relación con los Sistemas Nacionales de Control de Alimentos, a los países importadores.
Por esta razón el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) y el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), con el valioso apoyo del gobierno de Australia, quien preside el Comité del Codex sobre Sistemas de Inspección y Certificación de Importaciones y Exportaciones de Alimentos (CCFICS), realizan una reunión presencial del grupo de trabajo, la cual se llevó a cabo en el Hotel Crowne Plaza Corobicí del 3 al 6 de diciembre del 2013.
Durante la actividad, participó un grupo de trabajo conformado por 50 países y la asistencia de aproximadamente 80 delegados.
“Lograr la emisión de directrices a nivel internacional para los gobiernos, que permitan armonizar la información que deben contener los cuestionarios de importación y exportación, redundará en mecanismos más transparentes, menos costosos y menos restrictivos al comercio internacional de alimentos”, comenta el Viceministro de Economía, Marvin Rodríguez.
En el comercio de alimentos; los países demandan que los productos que ingresan a sus mercados no representen un riesgo para la salud humana, animal o vegetal. Es por eso que las autoridades involucradas solicitan a los países exportadores, completar una serie de cuestionarios, que provean información para garantizar la eficacia del sistema de control de alimentos.
Esta información es indispensable para que los países protejan a sus consumidores, sin embargo existe la preocupación de cómo se está dando este intercambio en la práctica, de manera que no se vuelva en una barrera innecesaria al comercio.
Actualmente, las autoridades competentes en materia de inocuidad de alimentos, reciben una diversidad de cuestionarios por parte de los gobiernos interesados, que hace incurrir, tanto a autoridades como a los exportadores, en importantes costos por el exceso de papeleo, la falta de claridad en la información solicitada y los largos plazos de revisión, dificultando la materialización del comercio entre los países.