La obesidad en la infancia no suele ser un estado beneficioso, pese a la creencia popular de que a los niños gorditos son más saludables o que el sobrepeso se les pasará con el crecimiento.
La realidad es que las consecuencias de la obesidad durante la infancia incluyen dificultades psicosociales como la discriminación, mala autoestima y problemas de socialización; además de los problemas de salud como hiperlipemia, hipertensión y diabetes.
Para el niño que es obeso, después de los 6 años de edad, la probabilidad de obesidad en la adultez sobrepasa una proporción de 50%, y los riesgos son significativamente mayores si la madre o el padre son obesos.
Por esto, un niño con sobrepeso requiere mucha atención de sus padres, la supervisión de un nutricionista y mucho esfuerzo de su parte. Esta atención comprenderá modificación de los hábitos alimenticios de la familia y mayor actividad física.
La meta será bajar de peso lentamente, de 10 a 15 libras por año, hasta llegar al peso óptimo según su edad y estatura. El programa será a largo plazo durante todo el período de crecimiento.
La alimentación de un niño obeso debe ser muy balanceada para garantizar su crecimiento y desarrollo. Debe contener suficiente hierro, vitaminas y minerales. Y en cuanto a los postres y los alimentos dulces, es mejor consumirlos con poca frecuencia, a cambio, se les puede ofrecer alimentos bajos en calorías endulzados con Splenda, cuyo valor energético es menor y ayudan al control de peso.
MENÚ IDEAL PARA SU HIJO
- Utilice lácteos descremados o semidescremados, ya que contienen menos grasa y, a su vez, proporcionan la energía, proteína, calcio, vitaminas y minerales que el niño necesita.
- Las proteínas son muy importantes, pero evite que las carnes sean fritas y hágalas al horno, a la plancha o al vapor.
- No olvide darle al pequeño bastantes verduras, pues proporcionan muchos nutrientes y muy pocas calorías.
- Las frutas también son buenas para todos y tienen beneficios semejantes a los de las verduras.
- Recorte hasta 100 calorías por día utilizando edulcorantes como Splenda en alimentos, bebidas y postres.
- Y por supuesto, el ejercicio es el complemento ideal e influye en un 50% el éxito del tratamiento de la obesidad infantil. Así que promueva que su hijo juegue al aire libre, donde pueda correr, brincar y disfrutar durante largas horas al día.