Para el 2040, Costa Rica tiene la meta de que los estudiantes del sistema público alcancen el bilingüismo con, al menos, un segundo idioma como el inglés. Esto según la estrategia nacional Común europea de Referencia para las Lenguas (ABI)[1] del Ministerio de Educación Pública (MEP).
Sin embargo, al cierre del 2021, el 64% de los estudiantes de último año de secundaria que realizaron la Prueba de Dominio Lingüístico en el Idioma Inglés del MEP, tenía un nivel de este idioma de principiante y elemental (A1 y A2)[2], de acuerdo con las bandas establecidas por el marco Común europea de Referencia para las Lenguas (MCERL).
Para Adriana Castro, fundadora y directora de Craving English, plataforma virtual para la enseñanza del idioma inglés, aunque se han dado mejoras para la enseñanza de este idioma, estos datos continúan siendo preocupantes, ya que, en la actualidad, en ocasiones no basta solo con saber un segundo idioma, sino que se pide hasta un tercero.
“Ahora hablar inglés se ve casi como un requisito básico. Se pide para el puesto, se use o no; es decir, el puesto puede ser 100% en español, pero puede surgir una eventualidad en que la persona deba utilizar el inglés. Ahora el inglés se está pidiendo hasta como respaldo. Esto porque Costa Rica ya es un país muy global. Estamos en contacto con personas de todos los países, tanto la misma empresa, con proveedores o con clientes internacionales”.
Precisamente, datos de la Coalición Costarricense de Iniciativas para el Desarrollo (Cinde), de los 22.461 puestos de trabajo creados durante el 2021, el 80% de estos requería dominio de inglés como parte de los requisitos de contratación.
De acuerdo con la fundadora del método Craving English, el país presenta muchas oportunidades para preparar adecuadamente a los estudiantes en el aprendizaje del inglés. Para ello, primero se deben conocer los mitos que pueden afectar ese proceso.
Para Castro, el primero es la edad. “Muchas de las personas que estudian en Craving English nos decían, antes de iniciar, es que ‘estoy mayor para aprender’, ‘ya no aprendí’, ‘ya no tengo edad para aprender’. Esto no es cierto. Cualquier persona puede aprender inglés sin importar su edad. Lo que se requiere es encontrar la metodología correcta para aprender”, dijo la especialista.
Añadió que otro mito es el del tiempo. Por ejemplo, métodos actuales, como el que aplica Craving English, no requieren que la persona esté sentada en una clase durante 3 ó 4 horas todos los días. Sino que, con sesiones semanales de 90 minutos, y retos o prácticas de 15 minutos cada día, se ha demostrado que el estudiante puede aprender y desarrollar de forma muy efectiva un proceso de aprendizaje de inglés. “En la actualidad, las personas no tienen tiempo y requieren procesos más rápidos, pero efectivos. Está comprobado que el tiempo es un factor que influye en dejar ‘botado’ un curso, más si es una persona que tiene su trabajo en una empresa o es emprendedor”, afirmó Castro.
De igual forma, el tercer mito que ha detectado Castro, es el del uso de libros de texto, el cual, además, en ocasiones obliga a realizar una inversión adicional. “Con nuestro método, no utilizamos libros de texto, porque para aprender inglés fomentamos el método natural de escuchar y aplicar. Los métodos tradicionales se han enfocado en enseñar la gramática, pero, en el caso del español, nuestro idioma nativo, desde que somos bebés lo aprendemos escuchando a las otras personas, y cuando lo podemos hacer, empezamos a repetirlo. Esta es la forma natural de aprender inglés también”, mencionó Castro.
Pero ¿cómo iniciar el proceso de aprender inglés? La fundadora y directora de Craving English, mencionó que la primera recomendación es establecer metas pequeñas que se puedan lograr a corto plazo.
“Si todos los días nos sentimos que ganamos, nos vamos a motivar. Vamos a decir. ‘guau, sí, lo estoy logrando’. Al contrario, si nos ponemos metas inalcanzables, como que en 3 meses ya voy a ser bilingüe, lo que se va a dar es una desmotivación, ya que son metas irreales”, explicó Castro.
Una segunda recomendación es incorporar el inglés en la vida diaria para que nuestro cerebro lo vaya viendo de forma muy familiar. Esto, por ejemplo, cuando se escucha música, debe procurarse que sea en inglés, o si se escuchan podcast, seleccionar algunos en inglés también, esto mismo con las películas o los libros o blogs de literatura.
Una tercera es ser pacientes. Esto ya que aprender un segundo idioma no es sencillo y, si no se aplica un método correcto, puede ser frustrante para la persona. Por ello, ir paso a paso, con determinación, disciplina, y constancia, es muy importante.
“Para combatir esto, el aprendizaje del inglés debe verse como algo entretenido. Por ello, seleccionar la metodología correcta es muy importante. En Craving English hemos visto que, a los adultos, por ejemplo, les gusta jugar para aprender. Otro mito que existe es que las clases de adultos es estar sentado y solo escuchando al profesor. Las clases dinámicas, con juegos, que sean visuales y de escucha, son muy importantes para fomentar un correcto y efectivo aprendizaje del idioma”, mencionó Castro.
Finalmente, buscar un espacio seguro para aprender inglés es un factor muy importante. Esto porque, desde Craving English han detectado que casi el 50% de sus estudiantes han llegado con algún trauma que se les generó años atrás y, aún hoy, les afecta su proceso de aprendizaje de inglés.
“Hemos visto casos en que los estudiantes nos dicen que cuando estaban en clases, el profesor los puso a leer, pero pronunciaron mal una palabra y todo el grupo se empezó a reír, o que el profesor los regañó fuerte frente a toda la clase por un error cuando hablaban en inglés. Este tipo de situaciones, generan traumas, malos recuerdos, que al sentir que se puede vivir una situación similar bloquean al estudiante, lo limitan en su proceso. Por ello, buscar espacios seguros en donde se pueda pronunciar mal y en lugar de corregir o decir que está mal, se enseñe una forma de pronunciar mejor; es decir, no decir que algo se hizo mal, sino que se puede hacer de mejor forma y fomentar esos procesos de mejora continua en el estudiante, que le permita mejorar, paso a paso, su nivel de inglés y elimine cualquier trauma que se tuviera”, afirmó la fundadora y directora de Craving English.