El pasado 22 de septiembre de 2021, la Comisión con Potestad Legislativa Plena Primera aprobó en segundo debate el expediente 21.471, que declaró a la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano, como Benemérita de la Patria.
Precisamente, en La Gaceta No.221, del pasado 16 de noviembre de 2021, se publicó la Ley 10.060, con la que se declara institución Benemérita de la Patria a la Biblioteca Nacional.
¿Qué representa este hito para la sociedad costarricense?
“El Benemeritazgo de la Biblioteca Nacional, institución que recopila, conserva y difunde el patrimonio documental, memoria e identidad de Costa Rica, es para la sociedad costarricense una celebración en el marco del Bicentenario de la Independencia de nuestra patria. Este patrimonio es testigo de doscientos años de vida independiente, de aciertos, desaciertos y retos como país; de la conformación de la Costa Rica multiétnica y multicultural, el aporte de miles de personas, grupos e instituciones”, expresó Laura Rodríguez, directora de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano.
“Las colecciones de la Biblioteca Nacional incluyen obras sobre todas las temáticas, desde deporte, arte, y literatura, hasta ciencia, economía, legislación, educación y política, continúa construyéndose día a día con las nuevas publicaciones y producciones audiovisuales. Esta memoria que refleja la idiosincrasia costarricense y que, gracias a la visión de Miguel Obregón Lizano, comenzó a construirse en 1888, ha estado, está y debe continuar estando disponible y al alcance de todos”, concluyó la directora.
133 años de trayectoria
Fundada el 13 de octubre de 1888, tras el cierre de la Universidad de Santo Tomás, la Biblioteca Nacional de Costa Rica Miguel Obregón Lizano recopila, conserva y difunde el patrimonio documental de Costa Rica, a través de periódicos, libros, revistas, mapas, fotografías, música, audiovisuales, entre otros artículos. Además, es depositaria de toda publicación o producción hecha en Costa Rica, en cumplimiento de la Ley de Imprenta y la Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos.
Su colección documental está conformada por periódicos publicados desde 1833, revistas desde 1864, libros publicados en Costa Rica desde 1836 y de extranjeros desde el siglo XVII; además, música y archivos sonoros costarricenses, videos, fotografías, mapas y planos.
La institución conserva las primeras ediciones de la mayor parte de las obras de los escritores nacionales más destacados, así como de infinidad de escritores extranjeros. Es así como resulta posible hallar las colecciones completas de personas autoras como Aquileo J. Echeverría, Carlos Gagini, Carmen Lyra, Fabián Dobles, Joaquín Gutiérrez, o de personas escritoras contemporáneos como Julieta Dobles, Ana Cristina Rossi, Carlos Cortés, entre muchos otros.
El aporte de la Biblioteca Nacional no es exclusivo de la literatura, ya que conserva obras que relatan la carrera de destacados artistas plásticos o músicos, como Enrique Echandi, Francisco Amighetti, Julio Fonseca, Benjamín Gutiérrez. Además, recopila la historia de Costa Rica, escrita por diversos autores, desde Ricardo Fernández Guardia hasta Vladimir de la Cruz o Carlos Meléndez. Las colecciones cubren todas las temáticas, posiciones ideológicas, momentos históricos del país, aciertos y desaciertos.
Estas colecciones son fuente de referencia para investigaciones en todas las temáticas, lo que permite la creación de nuevo conocimiento. Asimismo, es fuente oficial de la producción intelectual de los costarricenses, la que se difunde al mundo mediante la Bibliografía Nacional que produce anualmente la Biblioteca Nacional. Por tanto, colabora con instituciones como la Asamblea Legislativa, elaborando bibliografías que sustentan diversos proyectos.
Estas colecciones han sido determinantes para la defensa nacional durante litigios internacionales, tal como en el caso del conflicto por Isla Calero e Isla Portillos, en el que los laudos y otros documentos fueron utilizados por la Cancillería. También han permitido la elaboración de exposiciones, documentales y muchos otros documentos producidos por otras instituciones como los museos, Tribunal Supremo de Elecciones, universidades, institutos de investigación y autores independientes.
Biblioteca y tecnología
Acorde con los cambios tecnológicos que experimenta la sociedad costarricense, la Biblioteca Nacional ofrece servicios de información presenciales y virtuales, y desarrolla actividades culturales y educativas gratuitas, abiertas a todo público: desde niños hasta adultos mayores. Esas actividades también son transmitidas en vivo y están disponibles mediante las redes sociales de la Biblioteca Nacional, democratizando el acceso a la información, brindando servicios a todo el país, o que permite llegar a comunidades que inclusive no cuentan con biblioteca.
La Biblioteca Nacional, consciente de la importancia del patrimonio documental como pilar de la democracia, inició hace una década la digitalización de las colecciones nacionales más importantes, que se ofrecen hoy mediante la biblioteca digital. Actualmente, ofrece más de 174.000 documentos como periódicos, revistas, libros, fotografías, música, audios, mapas, planos, caricaturas, biografías, entre otros, y publicados desde el siglo XIX y hasta la fecha. Además, se ofrecen 11 servicios virtuales. Todos los contenidos son de acceso abierto y disponible las 24 horas del día; esto permite llevar las colecciones más importantes a todos los públicos, a centros educativos, hogares, lugares de trabajo, y al mundo entero, difundiendo la cultura costarricense. En los últimos diez años, el portal registró alrededor de seis millones de visitas de 153 países.
Esfuerzos institucionales
Como parte de los esfuerzos por difundir la cultura y la historia a todos, la Biblioteca Nacional inició la producción de contenidos como audios, noticias y acontecimientos sobre temas de interés cultural y educativo para todo público. Estos materiales son difundidos mediante las redes sociales de la Biblioteca Nacional, que cuentan con más de 32.000 seguidores y también mediante las radios de la Universidad de Costa Rica.
La Biblioteca Nacional, además, tiene un programa de actividades culturales y educativas en amplia variedad de temáticas de interés y dirigido a usuarios de todas las edades y niveles de escolaridad, que incluye:
Formación de usuarios: Capacitaciones en el uso de la biblioteca, de sus colecciones impresas y digitales, de servicios presenciales y virtuales, búsqueda de información en la biblioteca, en el portal del Sinabi, en otras bibliotecas, y en Internet, con el propósito de formar usuarios autónomos, capaces de reconocer y resolver sus necesidades de información.
Alfabetización digital: Incluye desde cursos básicos de computación, servicios virtuales, correo electrónico, redes sociales, dispositivos móviles hasta cursos sobre programas específicos que tienen el propósito de evitar que el uso de la tecnología constituya una barrera para que las personas puedan buscar y acceder a la información y servicios que requieren para desarrollar todo su potencial.
Programa cultural y educativo: exposiciones, conferencias, conversatorios, foros, conciertos, cursos y talleres literarios, artísticos y en otras temáticas, encuentros con escritores, autores, artistas, entre otras actividades: tienen el propósito de ofrecer a todo público el acceso a la cultura, el arte, la formación en diversas áreas, análisis y participación ciudadana, entre otras y constituye una oportunidad de inclusión social.
Todas estas actividades culturales utilizan el patrimonio documental, pero también el patrimonio vivo conformado por el conocimiento, memoria, tradiciones, expresiones y experticia de autores, artistas, grupos culturales y sociales, compartido mediante la interacción entre los participantes en las actividades para apoyar la generación de nuevo conocimiento.
La Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano es la memoria de la nación y una herramienta invaluable que democratiza la información y el conocimiento. A lo largo de su existencia, ha contribuido al desarrollo de la identidad nacional, así como a la construcción de una sociedad costarricense más crítica y equitativa.