Mientras que en el 2012, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) invirtió en infraestructura, equipamiento y mantenimiento ¢50.096 millones, en el 2016 el plan de gasto para esos rubros asciende a ¢188.620 millones, lo que significa un incremento de 3.7 veces.
De acuerdo con la doctora María del Rocío Madrigal, presidenta ejecutiva de la CCSS, la pretensión institucional es impactar la calidad y la oportunidad de la atención en los diferentes niveles de atención, mediante el reforzamiento de los tres niveles de atención, con el propósito de acercar servicios a la población, reducir desplazamientos hacia y descongestionar los hospitales nacionales. Esta inversión incluye la construcción de hospitales, sedes de áreas de salud y equipos básicos de atención integral en salud (Ebáis), adquisición de tecnología para mejorar los procedimientos diagnósticos y terapéuticos, entre otros.
La autoridad de la CCSS explicó que, en este año, se le pondrá énfasis a áreas críticas de manera tal que los establecimientos de salud puedan optar por recurso adicionales a sus presupuestos ordinarios para resolver necesidades de infraestructura y de equipamiento más apremiantes.
Este año, los establecimientos disponen de ¢2 mil millones para la atención de requerimientos de los servicios de neonatología, ¢7 mil millones para resolver problemas de infraestructura y ¢5 mil millones para las adquisición de equipos que no se pueden financiar con recursos ordinarios.
Adicionalmente existe un fondo para el mejoramiento de la flotilla y recurso adicionales para la atención de las enfermedades cardiovasculares, que son la primera causa de muerte en territorio costarricense.
Tanto la doctora Sáenz como el licenciado Gustavo Picado Chacón, gerente de Financiero explicaron que para llegar a este punto de equilibrio que le permite a la CCSS efectuar este incremento de la inversión, se tomaron una serie de medidas entre ellas: política selectiva de empleo, incremento de salarios ajustados al costo de vida, control sobre partidas de tiempo extraordinario, generación de nuevos mecanismos de compra y un control más efectivo de la morosidad. Solo un ejemplo: la tasa de variación del tiempo extraordinario pasó de un 17% en 2010 a un 3.5% en el presupuesto 2016.
Mediante acciones relacionadas con la optimización de los recursos: la CCSS dejó atrás las deudas con sus acreedores, recobró el nivel de financiamiento para los diversos programas que mantiene la institución; que en un marco de restricción fiscal, está próximo a concretarse un acuerdo para que el Estado pague, al menos, una tercera parte de la deuda que tiene con la seguridad social.
Tras lograrse el equilibrio económico la doctora Sáenz dijo que ahora la CCSS se prepara para demostrar al país su capacidad de renovación y responder a las necesidades presentes y futuras de la salud y la protección social que requiere la población.
“El camino que queda por andar nos exige renovar, consolidar y sostener esta ruta de equidad y sostenibilidad que la nación exige para una CCSS centenaria”, destacó la doctora Sáenz.