Testimonio de la niña Amanda: «Luchen y sigan adelante»

Desde que Amanda nació, el 10 de junio del 2009, todo marchaba bien y se comportaba como una pequeña sin ningún problema de salud, sin embargo, en marzo del 2012, su madre la observó y le vio un destello blanco en su ojo izquierdo, la observó nuevamente y el destello volvió a repetirse.

De inmediato inició las indagaciones por internet y allí empezó la sospecha.  Doña Laura Villalobos recuerda que era un Sábado Santo, buscó rápidamente una consulta con un profesional en ciencias médicas, quien la refirió de inmediato al Hospital Nacional de Niños.  En ese centro especializado la valoraron el lunes siguiente y el diagnóstico fue contundente: un retinoblastoma que es un tumor canceroso, que se desarrolla en la retina que se presenta generalmente en niños pequeños y representa el 3% de los cánceres padecidos por menores de 15 años.

La operación sobrevino rápidamente, pues si tardaban el tumor podría aumentar y dañar las estructuras cerebrales de la pequeña Amanda Suárez Villalobos.

Le sacaron el globo ocular y uno de los artistas del Hospital Nacional de Niños fue capaz de hacerle una prótesis que permite que la pequeña mantenga los dos ojitos, pero solo una con visión.

Para sorpresa de los padres, inmediatamente después de la cirugía, empezaron las aplicaciones de quimioterapia.  Doña Laura y don Lucas recuerdan que fueron meses terribles, la niña no soportaba la quimioterapia y tuvieron que darle tratamientos adicionales para pararle el vómito.

Tanto doña Laura como don Lucas Suárez recordaron que fueron los días más tristes de sus vidas, se desplomaron y lloraban todos los días.   Pero la misma Amanda los levantó un día que les dijo:  “No lloren yo voy a estar bien”.

Las palabras de la pequeña, quien tenía en aquel momento tres años,  los animó a luchar y a vivir el día y a disfrutarla, al punto que se ha convertido en el sostén, el orgullo, el motivo y el motor de la familia Suárez Villalobos.

Actualmente Amanda tiene nueve años de edad.  Es una gran oradora, toca piano, flauta y violín y es una niña conversadora que habla con orgullo del Hospital Nacional de Niños donde le salvaron la vida, pues es una sobreviviente de cáncer.

“El Hospital de Niños me inspira y le pido a todos los niños y niñas que han tenido algún problema de salud como yo, que luchen y sigan adelante”, sentenció Amanda.

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