Más relajado, más seguro de sí mismo, con más experiencia y hasta jovial. Así me encontré el 10 de enero del año 2012 al seleccionador Jorge Luis Pinto, cuando ese día le realicé una entrevista para el periódico La Teja.
El mismo tipo analítico. Estudioso. Concentrado. Metido en sus libros, perdón, ahora en las redes de internet para no perder detalle de todo de cuanto fútbol se encuentre en el ciberespacio. El mismo de hace una década cuando me lo topé haciendo mis labores en La Prensa Libre.
No obstante, un aspecto nunca cambió: su objetivo de ir al Mundial. Para eso tanta preparación y dedicación por años. Para eso tanto cuidado en cada detalle. Para eso incluso, tanto tropiezo.
Pero, solo el fútbol da segundas y hasta terceras oportunidades. Solo el fútbol le permitió a Jorge Luis Pinto Afanador retornar por la puerta grande a Costa Rica, país del cual salió por la cocina, en su primer intento por llegar a un Mundial. Un técnico vive de resultados, por eso se quedó en el camino a Alemania 2006. Por eso tampoco pudo con su país natal asir el boleto a Sudáfrica 2010.
Y como los resultados no dejan espacio a la duda, hoy, en su tercera eliminatoria al hilo, tiene a Costa Rica en su cuarto mundial de fútbol mayor. A dos fechas de que termine la eliminatoria. Por encima de enconados rivales como Honduras o México. E incluso por encima de Jamaica. Todas ellas, habiendo dejado otrora fuera del Mundial a la “Sele”.
Esta vez los números, el verbo y hasta su estilo le sonríe al señor Pinto. Los mismos números que lo hicieron salir con uno de los más grandes rendimientos en el fútbol nacional, cuando hizo tetracampeón a la Liga Deportiva Alajuelense. Cuando en dos años solo perdió seis partidos de local. Cuando en dos años jamás conoció la derrota ante Saprissa, el archirrival.
Pinto fue hace más de 10 años, el amo de esta comarca, como alguna vez titulé. Hoy lo vuelve a ser llenando de sentimiento y sin necesidad de razón a toda una patria que añora estar en un Mundial. Y que se añora más cuando se ha estado. La Costa Rica que ha ido tres veces, dos de ellas en forma consecutiva en la era más gloriosa de nuestro fútbol (con Aztecazo incluido), merece, necesita, exige volver a estar una cuarta, quinta, una sexta y todas las veces que sean necesarias. ¡Solo el fútbol da esa sensación!
Le cuestioné al seleccionador en 2012 y le dije de frente que si el Mundial se había convertido en una obsesión. Él nunca había ido como técnico. Nunca había clasificado. Me dijo que no. Le consulté si sacrificaba familia, salario y hasta el nombramiento de sus asistentes. La respuesta afirmativa afloró en algunas de esas preguntas, porque él estaba seguro, y quería, ir al Mundial. Le pregunté si pagaría por ir a un Mundial, me dijo que no, porque para eso trabajaba.
Meses después, con sufrimiento incluido, para sí y para el país mismo, Pinto ya sabe lo que es clasificar. Cumplirá su sueño. Por el cual trabajó honestamente. Eso nadie lo duda.
¿Pinto cambió? Sí, y eso solo el fútbol lo permite y en su caso lo premia. Que estemos todos de acuerdo o no, con sus planteamientos, con su forma de ver el fútbol, con sus poses, con sus actitudes… eso también, solo se puede en fútbol y Pinto lo tiene que saber.
¡Salud por su logro, por el cual trabajó! Gracias por devolver al país a un Mundial, donde muchos creemos debió seguir estando. El fútbol nos seguirá encontrando, o tal vez no… no necesariamente de manera personal o profesional, el fútbol de por sí es sitio de encuentro, hace diez años, hace un año, mañana… Solo el fútbol lo da.
*Gerardo Mora Pana estudió periodismo en la UCR. Con 14 años de trayectoria. En más de 10, fue redactor y editor de secciones deportivas.