Autor de obras como “La tejedora de sombras” (2012) y “La paz de los sepulcros” (2013); además, galardonado a principios de este año con el Premio Alfaguara de Novela 2018, por su obra “Una novela criminal” (2018). Se trata de Jorge Volpi, escritor mexicano quien afirmó que para lograr desarrollar la obra que le permitió alcanzar su recién obtenido galardón, se dio a la tarea de estudiar más de 20.000 folios de expedientes judiciales; además, entrevistó a la mayoría de personas involucradas en el caso que plantea su novela, donde figuran supuestos secuestradores, víctimas, policías y detectives que investigaron este asunto, así como a políticos involucrados que estuvieron anuentes a hablar con él.
El libro en cuestión, “Una novela criminal”, cuenta el relato de dos personajes, Israel Vallarta y su novia, la francesa Florence Cassez, ambos detenidos en 2005 por ser los supuestos líderes de una banda de secuestradores denominada “La banda del Zodiaco”. Para el caso de Vallarta, sigue en prisión a la espera de una sentencia; por su parte, Cassez, fue liberada en 2013.
Este fue uno de los casos más sonados en México, ya que la desarticulación de la banda, así como el rescate de tres supuestos secuestrados, fue transmitido en directo por un canal de televisión que incluso entrevistó, tanto a supuestos secuestradores, como a víctimas, evidenciando una serie de irregularidades y fisuras dentro del sistema de justicia mexicano, que llamaron la atención del autor para escribir esta obra literaria, cuya investigación tardó tres años.
De acuerdo con el autor, uno de los factores que influyó en él para desarrollar esta historia, fue su carrera de abogado, pues estudió leyes en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se graduó de Derecho y Lengua Mexicana, profesión que solamente ejerció durante tres años, ya que decidió dedicarse a lo que realmente le apasiona: escribir.
Descrito a sí mismo como un músico frustrado, pues siempre quiso ser director de una banda sinfónica, Volpi alcanzó en julio anterior sus 50 años de vida, razón por la cual, decidió tomarse un año sabático para descansar; período en el que a lo mejor se dedicará a algunos de sus principales pasatiempos, como escuchar música, ir al cine, ver televisión y viajar.
La Oficina de Prensa y Comunicación del Ministerio de Cultura y Juventud entrevistó a Volpi para la Plataforma de Noticias Pura Vida, espacio en el que el autor expresó sus impresiones sobre su premiada novela, su trayectoria, entre otros aspectos de su desarrollo como escritor.
– ¿Cuál fue el mayor reto que enfrentó al escribir esta novela, basada en un hecho real? Sintetizar la enorme cantidad de material informativo que recopilé e irla condensando y encontrando qué era realmente importante; además, ir desechando muchísimas cosas, lo cual fue desde luego un proceso difícil.
Primero llegué a escribir un manuscrito de 800 páginas que no funcionaba muy bien. Lo leyeron amigos, entre ellos el escritor mexicano Eloy Urroz; algunos me dijeron que no funcionaba para nada, por lo cual tuve que reescribirlo y lo hice utilizando esta primera persona que aparece a lo largo del libro discretamente, pero que va mostrando los hechos al lector. Lo condensé lo más que pude y aún así, es un libro extenso. Finalmente, intenté resumirlo de forma que pareciese más a una novela y no el resultado de una investigación periodística.
– ¿Por qué decidió escribir sobre este caso en particular? ¿Qué le llamó la atención? El caso me llamó la atención desde el principio por todas las vueltas que dio, por el montaje, por la manera en que se desveló, y bueno, me tocó verlo de cerca, ya que en esa época vivía en México. Pude observar el conflicto diplomático que resultó entre México y Francia a raíz de este caso, lo cual hizo que se convirtiera en un tema emblemático en México.
Me pareció que tenía una gran historia, conforme la fui avanzando: una historia de amor, una historia policiaca, política, una conspiración; todos estos elementos me parecieron perfectos para contar una historia y luego me permitió, a la luz de este caso, hacer un retrato de México, específicamente del sistema de seguridad mexicano.
– ¿Por qué cree que esta novela ganó el Premio Alfaguara Novela 2018? Bueno eso habría que preguntárselo al jurado (risas). Creo que la idea de premiar una novela sin ficción, que por cierto es la primera vez que ocurre en el Premio Alfaguara, es por ser un género distinto y que al mismo tiempo podía mostrar otras posibilidades del género novela, más la forma de contar la historia.
Para el libro, este premio ha sido fantástico. Creo que sin el premio, probablemente se hubiera publicado en México y se hubiera visto como una historia muy local. En cambio, este reconocimiento permitió que se lea en muchos otros lugares y que se evidencie que los sistemas de justicia, por ejemplo en América Latina, no son tan distintos. Que se vea que la corrupción, la intromisión política y la propia disfuncionalidad del sistema están presentes en América Latina.
– ¿Por qué cree que se dan este tipo de situaciones de corrupción a nivel del sistema de seguridad y de justicia en casi en todos los países latinoamericanos? Esto deriva de nuestra tradición hispánica, el tipo de sistema de justicia que vivimos durante mucho tiempo, que viene de la idea inquisitorial; un sistema de justicia escrita, secreta, lo cual, creo, confluye mucho en la conformación de estos sistemas.
Luego, creo que a lo largo del siglo XIX, con todas las infinitas peleas que hemos tenido en América Latina, no fue posible construir un sistema distinto que cambiase este modelo que siempre utilizó la justicia políticamente, y al hacerlo así, pues nunca terminamos por tener un aparato confiable y transparente.
– ¿Tuvo problemas con la justicia mexicana por los cuestionamientos realizados en el libro? No, la verdad no. Esto por un lado está muy bien, pero por el otro demuestra que quizás tampoco importa mucho un libro; aunque sea una denuncia del sistema, creo que tampoco les ha importado tanto a quienes se comportaron terriblemente a lo largo de esta historia.
– ¿Cómo recibieron los lectores toda la información que logró recopilar en esta novela? En general ha sido una muy buena recepción. En México ha sido muy buena, que es donde más se conoce el caso, pero afortunadamente, he podido estar visitando otros países, comparando este asunto siempre con otros similares que voy encontrando, lo cual termina demostrando que esta historia, aunque es muy mexicana, también tiene un componente más universal.
– ¿Cuáles han sido las opiniones sobre el libro? En México fue sobre lo que les costaba el libro -el costo social y sus implicaciones-, no de la forma en que está escrito, sino por saber que esa historia pasó en México y más que ser una novela, es una historia de terror en donde todos estamos desprotegidos frente a la justicia.
– ¿Cree que este escrito pueda llegar a la pantalla grande? Ya se está empezando a realizar una serie de televisión basada en el libro, a cargo de Gerardo Naranjo, un director de cine mexicano con la productora Canana Films.
– ¿Cuándo supo que, en efecto, tenía material suficiente para emprender este reto? El libro es una historia inconclusa. Lo tuve que terminar en cierto momento porque ya no podía avanzar más, pero sabiendo que es un libro que le falta el final, porque Israel Vallarta sigue en la cárcel y el libro no terminará hasta que él sea finalmente juzgado, y esperamos liberado, por supuesto. Hasta el momento en que sea juzgado en firme será cuando el libro tenga una conclusión.
– ¿Qué enseñanza considera que deja con esta obra literaria? Más que una enseñanza, lo que quiero es compartir mi indignación con el lector frente a una realidad insoportable: la de un mundo y un país, el mío, donde no hay justicia, donde estamos desprotegidos porque es un sistema de justicia corrupto, deficiente que usa la tortura y donde no se puede saber la verdad.
– ¿Cómo valora la experiencia de incursionar en el área periodística con este libro? Eso fue nuevo y quería hacer algo nuevo, no tengo formación de periodista, nunca había hecho trabajos periodísticos, había hecho investigación histórica, literaria, pero no periodística y para mí fue muy interesante ir a las fuentes, a los documentos, a los archivos; fue algo que nunca había hecho, así como entrevistar personas que son parte del libro para ir incluyéndolos.
– Desde su experiencia ¿Puede la literatura crear un cambio social? Sí, pero muy limitado. Un libro difícilmente cambia el mundo, lo que un libro aspira es a cambiar la mentalidad, las ideas y percepciones de un lector y a lo mejor ese lector puede compartirla con otros y así provocar una especie de cambio. No es que un libro cambia las cosas, pero al menos ayuda a que se cambie poco a poco la percepción de un tema y que se enfoque más un problema.