La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) dará consultas a bebés con alto o moderado riesgo neurológico al nacer, para detectar si hay algún atraso o factores de riesgo en su desarrollo.
El abordaje propone atención especializada e integral con el objetivo de detectar problemas en el desarrollo surgidos por situaciones ocurridas durante el embarazo, al momento del parto o en los primeros días de vida.
Entre las condiciones de atención especial están los niños con bajo peso, los prematuros extremos o quienes sufren falta de oxígeno en el cerebro.
La consulta se desarrolla en los hospitales Rafael Ángel Calderón Guardia, el San Juan de Dios, el México, el Nacional de Niños y el de las Mujeres.
La acción es importante por cuanto, según la estadística de salud, siete de cada cien nacimientos en el país corresponden a niños prematuros, siete de cada cien tienen bajo peso al nacer y la mitad de los niños que nacen con 25 y 26 de semanas de gestación sobreviven gracias a los cuidados hospitalarios, pero quedan vulnerables.
Para Adelaida Mata Solano, del área de Atención Integral de las Personas, “los problemas en el desarrollo del niño lo exponen a secuelas, que pueden mitigarse cuando participa en consultas de seguimiento donde se realizan las intervenciones oportunas para cada uno de los riesgos identificados”.
Esto es importante porque los bebés con riesgo neurológico suelen tener consecuencias en su rendimiento educativo. Además, en comparación con los niños nacidos a término, les cuesta mantener la atención, presentan con mayor frecuencia problemas de aprendizaje y muestran retrasos significativos en las habilidades motoras finas y gruesas.?
Sin embargo, la atención oportuna puede hacer un cambio en su condición de salud, pues en los primeros meses de vida el niño responde mejor a las terapias y a los estímulos que recibe del medio ambiente, dada la capacidad adaptativa del cerebro.
Con esa visión, la consulta determinará un abordaje integral para identificar si es necesario un acompañamiento de equipos interdisciplinarios que brinde seguimiento a la evolución de las capacidades y habilidades que son esperables en los primeros meses.
Para el gerente médico Dr. Mario Ruiz Cubillo el progreso en la atención de la salud del recién nacido es de beneficio para los niños, las familias, la sociedad y, sobre todo, representa un gran esfuerzo institucional para dar atención en el momento preciso cuando se puede intervenir para dar una mejoría de salud para el resto de la vida.
Atención temprana facilita las oportunidades de recuperación. El desarrollo infantil comienza desde la vida intrauterina y contempla el crecimiento físico, la maduración del cerebro, del comportamiento, del desarrollo de la mente y de la interacción social y afectiva del niño.
El resultado del buen desarrollo es un niño competente para responder a sus necesidades y a las de su entorno. Eso crea las bases para la formación de una persona con todo su potencial y con posibilidades de volverse un ciudadano con mayor poder de resolución.
Así, según la literatura médica, el seguimiento del desarrollo durante los dos primeros años de vida es fundamental, ya que es en esta etapa cuando el tejido nervioso crece y madura y está, por lo tanto, más expuesto a sufrir daño.
La revisión del niño puede ser simple, pero da alertas de interés, por ejemplo, las siguientes, entre muchas otras que se describen en el “Carné de desarrollo integral” que cada bebe recibe cuando nace en una maternidad de la CCSS:
- Observar si el niño en los primeros seis meses ya emite sonidos, como sonidos guturales o sonidos cortos de las vocales, más allá del llanto.
- Observar los movimientos de sus piernas en los primeros meses. La respuesta esperada son movimientos de flexión y extensión de los miembros inferiores, generalmente en forma de pedaleo o entrecruzamiento, algunas veces con descargas en extensión.
- Observar si al sonreír y conversar con él, el niño sonríe en respuesta social.
- Observar cuando el niño está acostado de espalda si el niño abre las manos de manera espontánea.
Consulta especializada e integral. La atención especial ocurre porque la situación es compleja. La primera cita tardará cerca de una hora, dada la revisión y atención que le darán al niño y a la familia para determinar la necesidad de atención.
Los profesionales de salud se han entrenado para que conozcan las habilidades de un niño normal, qué factores de riesgo pueden contribuir a alterar el desarrollo y sepan cómo reconocer los comportamientos que puedan sugerir la existencia de algún problema en las sensaciones, habilidades de alimentación, movimientos, la evolución de su sistema nervioso central y periférico, pues él determina la manera en que el niño crecerá e interactuará con el entorno.
Por lo tanto, la consulta incluye las siguientes actividades: identificación y definición de factores de riesgo, coordinación para acceso a resultados diagnósticos, verificación de alimentación del niño, entrevista a la madre o cuidador, examen físico neurológico, valoración del desarrollo, análisis de conducta del niño y educación a la madre o cuidador en su rol de seguimiento.
De ahí la riqueza de la consulta familiar. Además del niño se integra al padre, a la madre o a los cuidadores en general que estén con el bebé, porque ellos son los que tienen la?información, necesitan la capacitación y son claves en la vigilancia del niño para que sean agentes de salud de los recién nacidos.
Los problemas de desarrollo de los niños pueden tener muchas causas diferentes. La mayoría de las veces, en lugar de un único motivo, existe una asociación de diversas causas posiblemente asociadas con el problema. Por eso el desarrollo del niño es el resultado de una interacción entre las características físicas y las experiencias ofrecidas por el medio ambiente y condiciones adversas que pueden alterar el ritmo normal.
Así el tratamiento depende de la causa. Si el niño presenta un retraso debido a problemas ambientales, o por falta de estímulo de quien lo cuida, el tratamiento consistirá en orientaciones a los padres sobre la manera como se relacionan e interactúan con el niño.
O, si hay alguna enfermedad provocando el retraso es necesario un tratamiento con medicamentos lo más precozmente posible, además del tratamiento funcional con el equipo multidisciplinario (pediatra, neurólogo, fisiatra, terapeuta físico, enfermera, etc.).
Este abordaje se basa en que numerosas las experiencias demuestran que la estimulación durante los tres primeros años de vida mejora el desempeño, por lo que se debe incentivar el inicio de dicha estimulación lo más pronto posible.