El inicio de año viene con un dinero extra producto de la entrega del salario escolar, pero también viene acompañado de la famosa cuesta de enero, donde los gastos extraordinarios propios de la época se deben atender, tales como la compra de útiles y uniformes para la entrada a clases, así como las vacaciones de verano.
Pasadas las fiestas navideñas, celebraciones de fin de año y vacaciones, que suelen implicar un aumento del gasto y en muchos casos un sobreendeudamiento, es fundamental manejar un presupuesto personal o familiar que permita administrar sus finanzas y poder iniciar el año de la mejor manera.
Para hacer un presupuesto que le ayude a tener un mejor control de su vida financiera, se deben identificar todos los ingresos mensuales que percibe (salarios, dividendos, intereses por ahorros o inversiones), así como los gastos habituales y extraordinarios de la época que acaba de pasar.
Tener el hábito de realizar todos los meses un presupuesto familiar o personal es un excelente propósito para iniciar el año con salud financiera, esto nos ayudará a tomar mejores decisiones de lo que debemos o podemos hacer, cuidar nuestro récord crediticio con cualquier entidad financiera, e iniciar un plan de ahorros.
Plantéese el propósito de ahorrar y verá los beneficios que esto le traerá a sus finanzas, ponga un motivo que lo impulse a ser disciplinado todos los meses, como la prima de su futura casa o vehículo, un viaje al exterior, sus próximas vacaciones, la fiesta de quince años de su hija. Construya un ahorro a corto, mediano o largo plazo que le permita atender situaciones planificadas o inesperadas.
Para potenciar los ingresos adicionales de esta época, en temas de inversión financiera, todos los instrumentos son válidos. El principio de diversificar es uno de los más importantes en esta materia y todo dependerá de las metas de cada inversor para adaptarse a sus necesidades.
Hacerse acompañar de un experto o asesor financiero es muy importante, así como conocer la sanidad financiera de la entidad en la cual desee invertir, más allá de la oferta que pueda recibir por su dinero a nivel de la tasa de interés. La asesoría es clave para que use el producto financiero que se adapte mejor a sus necesidades.
Depende mucho de la etapa de vida en la que se encuentra la persona, pues se trata de elaborar un “traje a la medida” para cada situación. Lo importante es tener claridad de las prioridades o proyectos a corto, mediano y largo plazo y de esa forma determinar el instrumento que más le facilitará el logro de las metas.