No se trataba de una clase sobre cómo efectuar el abordaje de una embarcación sospechosa, o los procedimientos a tener en cuenta para atender un delito ambiental en alta mar.
Más importante que cualquier clase de procedimientos policiales o legales, la misión que tuvieron esta semana varios de los futuros guardacostas fue una experiencia que sin lugar a dudas les enseñó a ser no solo mejores policías, sino mejores seres humanos.
Y es que como parte de la proyección comunal que realiza la Academia Nacional del Guardacostas, un grupo de estudiantes del Curso Técnico Medio en Guardacostas compartió con niños y niñas del Centro de Cuido y Desarrollo Infantil (CECUDI) de Quepos.
Los futuros guardianes de nuestros mares, quienes como parte de su formación deben realizar actividades comunitarias, realizaron juegos, bailes y cantaron junto a 45 infantes con edades que van entre los dos y seis años.
Este tipo de actividades busca beneficiar a ambas partes, pues además de propiciar el acercamiento y confianza de la población infantil hacia los cuerpos policiales, también pretende que los futuros policías sean sensibilizados con respecto al trato que deben tener hacia nuestra niñez